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Actualizado: 1 de junio de 2025
El pelo recogido, las trenzas vagando por las espaldas, daban una picante extrañeza a su rostro, iluminado dulce y melancólicamente con ojos del linaje del Yemen. Dos leves y riquísimas girándulas de oro y esmeralda, pendientes de sus breves orejas, mostraban la riqueza de su dueño, así como una cruz que adornaba su joyel, mostraba la creencia de la doncella. Dios os guarde dijo.
Los pimpollos de las parras y los ramos de la madreselva asaltaban desordenadamente aquella estancia, trayendo hasta en medio de ella los colores de la púrpura y los olores del ámbar, pareciendo todavía más encantada esta escena con los golpes de luces y luminarias que iban por las cornisas de las columnas, con las girándulas que se mecían en los arcos y con los fanales pintados y faroles caprichosos que se sostenían de los ramos y pimpollos de los huertos.
Pero como las ballenas no conocen la historia de ese Leandro, engólfanse atrevidamente en su empresa y pasan. La soledad de aquellos parajes es grande; teatro singular de muerte y de silencio para esa fiesta de ardiente vida. Un oso blanco, alguna foca, un zorro azul, testigos respetuosos, prudentes, tal vez observan á cierta distancia. Las arañas y girándulas, los espejos fantásticos, no faltan.
Estas eran grandes, blancas, muy lindas al llegar, como arañas de cristal con ricas girándulas, y en las que los rayos del sol producían tan variados matices que brillaban cual si fuesen pedrerías. ¡Ay! ¡qué diferencia al cabo de dos días! Afortunadamente que la arena se hundía y las enterraba.
Agora cierra todo este escuadrón y acompañamiento aquella prodigiosísima torre andante, que es la de Babilonia, llena de gigantes, de enanos, de bailarines y representantes, de instrumentos músicos y marciales, de voces, de algazaras, que se ven y oyen por infinitas ventanas que tiene el edificio, coronadas de luminarias y flechando girándulas y cohetes voladores ; y en un balcón grande de la fachada va la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes, abogados, artífices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos, hambrientos y desesperados, dándola voces, y con la confusión no se entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos.
Palabra del Dia
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