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Otras veces, las brumas aéreas, superpuestas y de diferente temperatura, aparecen perfectamente horizontales y distintas, como estratos geológicos, y dan análoga forma á los nubarrones que nacen de ellas, disponiéndolas en fajas regulares y paralelas que ocultan bosques y pastos, nieves y rocas, ó la velan á medias, como una gasa transparente.

Según nos enseñan los sondeos geológicos, la tierra vegetal y el subsuelo son capas de aluvión sucesivamente depositadas de siglo en siglo y arrastradas desde las estribaciones de las rocas.

«Los materiales geológicos presentados por el señor de Orbigny, se componen, de un itinerario detallado que encierra buen número de observaciones y de consideraciones generales; de un átlas de ocho hojas, mostrando por medio de recortes figurativos la disposicion de los terrenos; y de mas de seiscientas muestras de rocas, escogidas con dicernimiento y acompañadas de catálogos circunstanciados.

En cuanto al origen de las sales que la mineralizan, aun cuando no podamos partir de base sólida por carecer de datos geológicos y topográficos, podemos admitir que sean probablemente producto de la disgregación de rocas feldespáticas y de la descomposición de algunas piritas que encontraría á su paso el agua auxiliada por su elevada temperatura que reconocería por causa, ya la inmediata radiación del calor del volcán ya la notable profundidad de donde provendría el agua, ó las violentas reacciones químicas que encontraría y provocaría á su paso.

Por lo expuesto, nos pasma tanto el encarnizamiento con que censuran muchos de poco inteligible la segunda parte del FAUSTO. El defecto nos parece que está en lo contrario: en que se entiende de sobra; en que todo es símbolo; en que es una larga parábola de millares de versos; en que ninguno de aquellos personajes nos puede ya interesar, porque no son tales personajes, sino figuras alegóricas, que representan pensamientos religiosos, morales, filosóficos, físicos, químicos y geológicos del autor.

Realza, no menos que la revelación cristiana, la dignidad de los humildes esta nueva revelación, que atribuye, en la naturaleza, a la obra de los infinitamente pequeños, a la labor del nummulite y el briozóo en el fondo obscuro del abismo, la construcción de los cimientos geológicos; que hace surgir de la vibración de la célula informe y primitiva todo el impulso ascendente de las formas orgánicas; que manifiesta el poderoso papel que en nuestra vida psíquica es necesario atribuir a los fenómenos más inaparentes y más vagos, aun a las fugaces percepciones de que no tenemos conciencia; y que, llegando a la sociología y a la historia, restituye al heroísmo, a menudo abnegado, de las muchedumbres, la parte que le negaba el silencio en la gloria del héroe individual, y hace patente la lenta acumulación de las investigaciones que, al través de los siglos, en la sombra, en el taller, o el laboratorio de obreros olvidados, preparan los hallazgos del genio.

Por otra parte, éstas están formadas con residuos del mismo género. En un porvenir desconocido, cuando los actuales abismos del Océano se extiendan como llanuras ó se yergan en cimas ante la luz del sol, nuestros descendientes verán terrenos geológicos semejantes á los que hoy contemplamos, y que quizás hayan desaparecido, hechos añicos por las aguas fluviales.

Tuvo bastante fortaleza para contener sus ansias y dejar para la tarde la visita. Su madre le habló como siempre, de lo que se murmuraba, y él encogió los hombros. Oía la voz dura y seca de doña Paula anunciando, por asustarle, el cataclismo de su fortuna, la ruina de su honra, como si le hablase de los cataclismos geológicos del tiempo de Noé. Le parecía que era otro Provisor aquel de quien el público se quejaba. «¡Ambición, simonía, soberbia, sordidez, escándalo!... ¿qué tenía él que ver con todo aquello? ¿Para qué perseguían a aquel pobre don Fermín si ya había muerto? Ahora el don Fermín era otro, otro que despreciaba a sus vecinos y ni siquiera se tomaba la molestia de quererlos mal.