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Actualizado: 30 de junio de 2025
Si Dowlas fuese a pasar la noche delante de las caballerizas y viniese a decirnos que no ha visto el menor rastro de la licencia de Cliff, yo estaría con él; pero si alguien me dijese que, a pesar de ello, la licencia de Cliff existe realmente, yo también estaría con él, porque el olfato es lo que me guía.
El alcohol retemplaba el espíritu y el cuerpo de nuestro artista; era su ninfa Egeria, por decirlo así. Idea y fuerza, sentimiento y verdad, todo lo hallaba Baltasar en el fondo de una copa. Para celebrar el buen término de la obra que le encomendaron los agustinos, fuése Baltasar con sus amigos a la casa de bochas y se tomó una turca soberana.
Mi madre me adora.... ¡y si no fuese por ella! declaró Artegui abandonándose, como mal de su grado, a la dulce corriente de la confianza. ¿Y su padre de usted? Murió años ha.
A él mismo, que los trataba como hermanos de pobreza y muchas veces se exponía a que el amo le regañase por favorecerles, le miraban con odio, como si fuese un enemigo. Y sobre todo, eran holgazanes y había que azuzarlos como si fuesen esclavos.
Marieta se fijó en él... Si al volver la cabeza resultase que era su cuñado, ¡Dios mío, qué susto! Pero segura de que estaba muy lejos, siguió adelante, saboreando la cruel idea del encuentro, por lo mismo que lo creía imposible, temblando al pensar que fuese Teulaí el que estaba a la puerta de la taberna. Pasó junto a él sin levantar los ojos. Buenas tardes, Marieta.
Los Catalanes ejecutaban en los vencidos su rigor y furia acostumbrada en las guerras contra los infieles, que aquel dia en los Turcos todo fué desesperacion, ofreciéndose á la muerte con tanta determinacion y gallardia, que no se conoció en alguno de ellos muestras de quererse rendir, ó fuese por estar resueltos de morir como gente de valor, ó porque desesperaron de hallar en los vencedores piedad.
Los pocos años de Leandra sirvieron de disculpa de su culpa, a lo menos con aquellos que no les iba algún interés en que ella fuese mala o buena; pero los que conocían su discreción y mucho entendimiento no atribuyeron a ignorancia su pecado, sino a su desenvoltura y a la natural inclinación de las mujeres, que, por la mayor parte, suele ser desatinada y mal compuesta.
Tal vez trajese el ánimo dispuesto a concesiones. ¿Cuáles? ¿Citarle nuevamente? ¿Dónde ni con qué objeto? ¿Para entregársele renovando en perjuicio de otro las venturas pasadas? Don Juan lo deseaba... y lo temía. Reconquistarla, estrecharla contra su pecho, volverla loca..., bueno; pero arriesgarse a tener algún día que esconderse cobardemente, ¡eso no! por muy bravo que fuese el señor Martínez.
Si este tipo no existiera en nuestro entendimiento ¿cómo seria posible que nos sirviésemos de él? ¿Cómo podríamos compararle los seres, si él nos fuese desconocido? ¿Es posible saber cuándo una cosa llega á un extremo, si no tenemos idea del extremo? Esto equivaldria á comparar sin punto de comparacion, es decir, á ejercer un acto contradictorio.
Y luego Inca Yupanqui les señaló ciertas chapas y laderas de sierras que en torno de la ciudad del Cuzco están y á vista de él, y allí les mandó que luego fuesen edificados los tales depósitos, para que, cuando el tal proveimiento fuese traido, hallasen en qué lo meter. Y luego fueron los señores á los sitios que por el Inca les fueron señalados y pusieron por obra y edificio los tales depósitos.
Palabra del Dia
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