Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de junio de 2025


1. ¿Cuáles son las industrias principales de Venezuela? 2. ¿Por qué es importante el asfalto? 3. ¿Por qué es probable que aumente el uso de dicho mineral? Descríbase el asfalto. 5. ¿Cuáles son los depósitos principales del asfalto? Menciónense otros usos del asfalto. 7. ¿De qué es indicio el "fuego fatuo"? 8. ¿Qué otro indicio hay? 9. ¿Qué otros productos proceden de Venezuela?

Tercero... ¡ah, Dios mío! ¡pues no me acuerdo!... Está usted segura... Muy segura, señor fatuo. ¿Tercero?... ¡Ah, ya estoy! tercero, para después del , tennis, flirt, etc., subir al magnífico automóvil de mi amigo Jorge Baugrand, hendir el aire con él hasta el bosque de Loges y contemplar desde lo alto del camino de Fécamp una soberbia puesta de sol. ¡Ahí está todo!

Era muy soberbio, y el amor propio descollaba en él sobre la conciencia y sobre los sentimientos todos; de manera que nada le molestaba tanto como verse y reconocerse inferior a su mujer. Cuando, media hora antes, prometió confesar sus faltas, hízolo movido de orgullo, para engalanarse con la sinceridad, a la manera del fatuo que se da tono con una cruz.

Después, ella y el Vizconde charlaron muy largo rato y ambos volvieron a sentirse tan amigos como veinte años antes en Río de Janeiro, y como cerca de treinta años antes en Lisboa. Muy lisonjeado estaba el Vizconde al notar el contento y la satisfacción que al volver a verle y al hablar con él sentía la señora de Figueredo; pero el Vizconde no era presumido ni fatuo, sino razonable y juicioso.

El castillo de madama Scott tenía la puerta franca; las invitaciones no se recibían para una noche, sino para todas las noches, y Pablo, con entusiasmo, se encaminaba allí todas las noches. Su sueño se realizaba. ¡Hallaba a París en Longueval! Pero Pablo no era tonto ni fatuo.

Ignorante, fatuo, grosero, petardista con frecuencia, charlatán hasta causar jaquecas, se le ve en todas partes fastidiando á cuantos tienen la candidez de admitirle su compañía. Una excepción en esa regla es un prodigio. Entre mas de cuarenta conocí en España uno soportable.

El espíritu se perturba como la vista a fuerza de mirar siempre hacia un mismo objeto y así la única idea que irradiaba en las tinieblas de aquella triste existencia, la arrastraba como un fuego fatuo hacia los abismos de la locura a fuerza de contemplar la muerte.

Se necesitaba ser fatuo para imaginarse que a su edad había de producir la menor impresión sobre la joven... La señora Liénard con su ingenua franqueza, acababa de darle una durísima lección de modestia. Le vio ella hondamente preocupado y se atrevió a decir: Estoy segura de que me juzga usted en extremo extravagante.

Según doña Beatriz, todo el papel de Inesita en la noche siguiente debía limitarse a decir con los ojos, por estilo vago y claro sin embargo, con tal arte que pareciese la frase irreflexiva y espontánea, con impecable pureza y sencillez de intención y sin prometer nada que pasase de amistad: «Me es usted simpático, aunque deploro que sea usted un tanto cuanto fatuo.

Su nariz pequeña, redonda, arrugada y dura como una nuececita, no paraba un instante: tanto la movían los músculos de su cara pergaminosa, charolada por el fregoteo de agua fría que se daba todas las mañanas. Sus ojos, que habían sido grandes y hermosos, conservaban todavía un chispazo azul, como el fuego fatuo bailando sobre el osario.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando