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Actualizado: 13 de julio de 2025


Consideraba la conferencia monetaria internacional, iniciada por Blaine y a la que él fue delegado por el Uruguay, y yo lo fui por la Argentina, más como el medio de favorecer los intereses de los Estados Unidos platistas, que el de estrechar los vínculos de todas las naciones de América.

Me vi bastante torpe para expresarles la gratitud que les debía por aquel acto tan honroso para la memoria de mi tío, y la satisfacción de que me sentía poseído al estrechar las manos de unas personas de quienes tantas y tan grandes noticias tenía yo desde que había llegado a Tablanca.

Pensé o imaginé, no obstante, multitud de cosas que vinieron a complicar aquel sentir sencillo y alegre. Anhelaba yo y buscaba desde hacía tiempo formar o estrechar vínculos de amistad con alguien que me comprendiese y en quien yo pudiese poner toda mi confianza y desahogar mi pecho.

Claro es que no puede medirse exactamente la altura en que tal planta deja de crecer y tal otra empieza á mostrarse. Mil condiciones de terreno y de clima contribuyen continuamente á mover, ensanchar y estrechar los límites que separan el dominio natural de las diferentes especies.

Y no sería bastante disculpa desto decir que el principal intento que las repúblicas bien ordenadas tienen, permitiendo que se hagan públicas comedias, es para entretener la comunidad con alguna honesta recreación, y divertirla a veces de los malos humores que suele engendrar la ociosidad; y que, pues éste se consigue con cualquier comedia, buena o mala, no hay para qué poner leyes, ni estrechar a los que las componen y representan a que las hagan como debían hacerse, pues, como he dicho, con cualquiera se consigue lo que con ellas se pretende.

Aquí, aun antes de que su esposa le haya saludado, podemos estrechar la mano del capitán del buque recién llegado al puerto, con los papeles del barco en deslustrada caja de hojalata que lleva bajo el brazo.

»En seguida se alejó precipitadamente. »Es alguno le dije, que ha querido burlarse de usted. »No, no me contestó haciendo la señal de la cruz; porque me ha parecido oír la voz de Carlos que venía a salvarla. »¡Carlos! exclamé; es imposible. », eso mismo he pensado yo; pero mi corazón me ha dicho que era él. Cuando se alejaba, después de estrechar mi mano, grité: »¡Carlos! ¡Carlos!

Cuando al descender de mi carruaje me disponía a estrechar su mano, noté en su expresiva fisonomía una palidez y una consternación que me dejaron suspenso por unos instantes; sus ojos, siempre alegres y que parecían iluminados por dos chispas salidas de su espíritu un tanto sarcástico, aparecían por vez primera velados por una nube de tristeza.

Yo no puedo estrechar vuestra mano, yo no puedo serviros; yo no quiero hacerme cómplice de la ruina de España; á mi duque de Osuna me atengo... y si me desayudare el duque... me atenderé á mismo, que me basto y aun me sobro. Quede vuecencia con Dios. Esperad: no es por ahí, don Francisco dijo el duque tomando una bujía de sobre la mesa y yendo á una puertecilla.

Ferragut, luego de estrechar la gruesa mano de la doctora, se lanzó indiscretamente á pedir informes. ¿La señora es alemana? dijo á la joven en español. Los lentes de oro parecieron adivinar la pregunta, enviando un brillo inquieto á su acompañante. No dijo ésta . Mi amiga es rusa; mejor dicho, polaca. ¿Y usted, también es polaca? continuó el marino. No; yo soy italiana.

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