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Actualizado: 4 de junio de 2025
Las segundas, para el éxito intelectual y estético. Belarmino era de esta segunda clase de personas. Xuantipa le hacía levantar a escobazos, como en un ojeo se ahuyentan las liebres encamadas. Después, durante las horas antemeridianas, era hombre inútil. Sentía la frente llena de humareda que le descendía a los ojos y se los escocía y enturbiaba.
La hermosa odalisca de Salabert, aunque de inteligencia limitadísima, había tenido tiempo a reflexionar que su presencia en el baile podría acarrear un conflicto. Pero su antojo era tan vivo y desordenado, que de ningún modo quiso dejar de satisfacerlo, de lucir su costoso vestido de reina de Escocia.
Cuando me tocó dejar la guardia, dirigíme a una de las muchas casas del pueblo en que curaban heridos, para que me pusieran algo en la mano izquierda, donde había recibido una contusión que, aunque ligera, me escocía bastante.
Se vino á descubrir por esta misiva que habiendo aprendido Godfrey al lado del señor Antonio lo que valía un secreto, tomaba copia de las cartas más importantes que se enviaban al Conde de Essex, y hacía que fueran á manos del Rey de Escocia por conducto de su Embajador en París.
¿Qué carga trae, don Rosendo? preguntóle al armador uno de los que le acompañaban. Cuatro mil quintales. ¿Escocia? No; todo Noruega. ¿Viene a bordo el señorito de las Cuevas? Don Rosendo no contestó. Al cabo de un momento de marcha cada vez más precipitada, se volvió diciendo: A ver; es necesario avisar a don Melchor que está entrando la Bella-Paula.
Barret sintió que toda su sangre le subía de golpe á la cabeza, que reaparecía su borrachera, y se incorporó, tirando de la hoz.... ¿Y aún dicen que el demonio no es bueno? Allí estaba su hombre; el mismo que deseaba ver desde el día anterior. El viejo usurero había vacilado mucho antes de salir de su casa. Le escocía algo lo del tío Barret; el suceso estaba reciente y la huerta es traicionera.
Mas quiero ver a Londres, sus inmensas calles, sus muelles que no tienen fin, sus parques... Aquello sí que es grandeza. Te diré... Luego haría una excursión por Escocia, ¡donde hay unos lagos preciosos y unas montañas...! Por allí andan las ladys visitando grutas, escudriñando ruinas y pintando paisajes.
En Inglaterra, metrópoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; víctimas del fanatismo han perecido allí reyes y reinas, y mártires tan gloriosos como Tomás Moro. Lutero, Calvino y Knox sólo pedían libertad religiosa cuando estaban en minoría. En Escocia aún se quemaban brujas en el siglo pasado.
Venecia, que fue tan poderosa y rica, tuvo también un origen semejante, y fue fundada en unas lagunas por gente fugitiva de los bárbaros invasores de Italia. La misma Escocia será todo lo pintoresca y linda que se quiera, pero no hay quien no convenga en que naturalmente es estéril; sin duda, más estéril que España.
Con lo cual, les hizo una cortesía y se retiró. El Gil Blas tiene razón dijo el francés . En España no hay cosa más común que apellidos gloriosos: es verdad que en París mi zapatero se llamaba Martel, mi sastre Roland y mi lavandera madame Bayard. En Escocia hay más Estuardos que piedras. ¡Hemos quedado frescos! El tunante del criado se ha burlado de nosotros.
Palabra del Dia
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