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Actualizado: 29 de junio de 2025


Las imágenes eran sonrientes, charoladas y bonitas, como si hubiesen salido de un escaparate de confitería. Los segmentos de la cúpula estaban ocupados por grandes escudos de las naciones donde la Orden ignaciana había adquirido más arraigo; las provincias de la Compañía, como ella las llamaba en su ensueño de dominación universal.

Estas llenaban los bordes de las ventanas y puertas, y la pared de la casa mostraba una fachada de muecas. Enfrente, el escaparate del Marabini, lleno de magníficos brillantes, manifestaba al público tentadoras riquezas. «Dejemos esto, chica dijo D. José a su ahijada, que miraba embebecida las joyas . Esto no es para nosotros». De repente la de Rufete anduvo hacia la Puerta del Sol. «¿Otra vez?

Lo que más llamó su atención fué ver que salieron á recibirles, luciendo sus flamantes vestidos, todas las damas que acompañaban en el escaparate á la gran señora. La cual contestó con una grave y ceremoniosa cortesía á los saludos de todas ellas. Parecía ser de superior condición, algo como princesa, reina ó emperatriz.

Porque éste, con toda comodidad, sobre seguro, se las enfilaba por los cristales del escaparate con una insistencia que la encolerizaba cada vez más. La verdad es que aquella tiendecita primorosamente adornada, donde brillaban por todas partes los metales y las piedras preciosas, era digno aposento para la bella; el estuche que mejor convenía a joya tan delicada.

Pues Periquet, que no tiene escaparate, en su empeño de competir en todo con el bazar, ha colocado encima del letrero de su tenducho embarullado, pero bien provisto, una cotorra, también de cartón y también muy pintarrajeada, sosteniéndose sobre la palabra DE, o mejor dicho, con cada letra de estas dos en la correspondiente pata.

Sobre el piso del escaparate, forrado de peluche verde, se alineaban varios pares de zapatos y botas, realmente exquisitos, apoyados oblicuamente en sendos sustentáculos de níquel, y con inscripciones debajo que decían: «Zapatos de piel de Suecia; encargo de la excelentísima señora duquesa de Somavia.» «Bota de becerro; para el señor Novillo», y así otros varios encargos de personas distinguidas y elegantes.

Sólo algunas fajas y tiras de pañuelos obscuros pendían de los balcones, balanceándolas el aire como sogas de ahorcado. El escaparate tenía un aspecto de vetustez y abandono; el polvo de tres días sombreaba los vivos colores de las telas; y hasta el emblema de la casa, aquel maniquí vestido de labradora, parecía mirar al través de los cristales la extensa y alegre plaza con ojos de muerto.

Es extravagante, es y no puede menos de ser ridículo, que la escultura, el arte divino de Miguel Angel, se nos muestre en un escaparate de confites. Pero, lo tendré que decir mil veces: cuando llega la hora de ganar dinero á trueque de un efecto cómico, los franceses no respetan á emperadores, ni á pontífices, ni á Miguel Angel, ni á nadie del mundo.

Quedose muy satisfecho, y después de detenerse un rato a ver un escaparate de estampas, volvió a pegar la hebra: «Podría ponerse en duda que entre ella y mi tía haya comunicación, y en caso de que no la hubiera, el problema de su residencia seguiría como boca de lobo; pero yo sostengo que hay comunicación.

Creo que si la idea de la eternidad pudiera prestarse á un relumbron, el hombre francés la expondria sin escrúpulo en un escaparate. Estaria bien sitiada, con algun adorno gracioso, herida por algun reflejo brillante, rodeada de algun golpe mágico, eso , pero la idea sagrada de la eternidad estaria expuesta al público curioso en los escaparates de un mercader.

Palabra del Dia

rigoleto

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