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Actualizado: 10 de mayo de 2025


La Virgen tenía una corona de hierro, en cuyos picos debió de haberse enredado una cometa de algún chico de la vecindad, pues un jirón de papel, todavía suspendido junto al cuerpo de la sagrada estatua, a impulsos del viento se movía. El papelejo fué lo que a me pareció un brazo que se movía y una mano que me llamaba.

La luna sale, parece algo así como un plato de oro, enredado entre las ramas de los sauces; después sube, se pone arriba del árbol, tocando todavía las últimas hojas, y en la corriente del riacho se forma una claridad como si cayera oro en la corriente. comprenderás qué divino era aquello con la serenidad de la noche, para dos enamorados como ellos.

Había sido oficial de caballería del rey Luis XV, durante los primeros años de su juventud; su delicada salud le llevó nuevamente a Mâcón, donde se puso al frente de la administración del tan importante como enredado patrimonio de mi padre político, el cual radicaba entre Borgoña y el Franco Condado.

«¡Después que comamos... a ver el yachtrepetía el mozo en sus adentros, enredado en las confusiones más extrañas, mientras respondía al expresivo Bermúdez cuatro palabras, mal urdidas, de cortesía . ¿Qué plural era aquél de «comamos»? ¿Cuántos y quiénes entraban en él?

Caía sobre una lluvia de rosas; tomé un precioso capullo que se había enredado en las crines de mi caballo y lo coloqué en el ojal de mi levita de uniforme. El General se sonrió con ironía. Yo le había dirigido frecuentes miradas, pero su impasible semblante no me revelaba si era o no de los míos.

Esto produjo impresión, y muy honda, porque don Bernardino, era, como Schlingen, de los árboles grandes cuya caída parecía más de temer. ¡Andaba enredado en tanto negocio misterioso! de tierras, de ferrocarriles, hasta de proveedurías... Se dudaba, sin embargo, de la especie.

La paz, el orden, el silencio, la quietud se ampararon de todo el ámbito de la vivienda, y bien pronto no hubo en ella un individuo que no durmiese, a excepción de aquel buen señor de la cojera, el cual, despierto en su lecho, daba vueltas a una idea como si la devanase, sacándola del enredado pensamiento al corriente ovillo del discurso.

Con no escaso talento de novelista y valiéndose de varios episodios graciosos que todos concurren a la acción, Paco y Rufina advierten sobrado tarde la grave ofensa que hacen a Justa y a D. Alvaro por el lazo amoroso en que, burlándolos y escarneciéndolos, ocultamente se han enredado.

Poco á poco, en efecto, fué desapareciendo la palidez del rostro, que volvió á teñirse de vivo carmín. Los labios se fueron plegando para ocultar las dos filas de primorosos dientes que habían mostrado hasta entonces. Con el pañuelo se enjugaba el sudor del rostro y cuello. Tenía la cabeza cubierta de hierbas y hojas menudas que se habían enredado en el cabello.

«¡Pobre! ¿Y aquella torre no era suya?...» Febrer le contestó riendo. ¡Bah! Cuatro piedras viejas, que se caían cansadas de existir; un monte inculto, que sólo tendría algún valor trabajado por el payés... Pero éste insistió. Le quedaba lo de Mallorca, que aunque algo enredado, era mucho... ¡mucho!

Palabra del Dia

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