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Soplaban dulces y amorosos vientos, Todos en popa, y todos se mostraban Al gran Viage solamente atentos. Las sirenas en torno navegaban, Dando empellones al bagel lozano, Con cuya ayuda en vuelo le llevaban. Semejaban las aguas del mar cano Colchas encarrujadas, y hacian Azules visos por el verde llano.

Los mozos y las mozas se dirigían en los intermedios del canto palabras sueltas y se daban leves empellones á guisa de caricias, no siendo al parecer estos requiebros de hombros los que menos estimaban las doncellas de sus galanes. Todos cantaban maquinalmente y sin darse cuenta del drama sombrío que se iba desenvolviendo en su romance.

Una ola de sangre encendió a Julián hasta el cogote: sintió la cólera repentina, ciega, que rarísima vez fustigaba su linfa, y señalando a la puerta, exclamó: Se me va usted de aquí ahora mismo o la echo a empellones..., ¿entiende usted? No me vuelve usted a cruzar esa puerta.... Todo, todo lo que necesite, me lo traerá Cristobo.... ¡Largo inmediatamente!

Todos esperaban que las puertas fuesen abiertas. Bien pronto llegaron Grano de Sal y el maestro Durand. A su vista todas las cabezas se inclinaron; ellos respondieron con un saludo protector a estas muestras de deferencia. Por fin, se abrió la puerta; y entre apreturas, empellones y codazos, cada cual se colocó en su sitio.

Si un personaje ilustre pasaba por Marineda, a Amparo pertenecía durante el tiempo de su residencia: a fuerza de empellones la chiquilla se colocaba al lado del infante, del ministro, del hombre célebre; se arrimaba al estribo de su coche, respiraba su aliento, inventariaba sus dichos y hechos. ¡La calle! ¡Espectáculo siempre variado y nuevo, siempre concurrido, siempre abierto y franco!

Los ministros hicieron entonces presa en el tesorero i asegurando su persona, lo llevaron á las cárceles de la Inquisicion á empellones i cintarazos, donde estuvo metido hasta el sábado 28 de Febrero de 1484.

La señora Angustias tenía que entrarlo a empellones, pues se obstinaba en permanecer a la puerta batiendo palmas y entonando con voz babosa lentas canciones de amor dedicadas a su voluminosa compañera.