Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de mayo de 2025


Los vetustenses que tienen la dicha de ser convidados a las excursiones del Vivero son los personajes de las escenas que aquí se representan.... Obdulia, Visita, Edelmira, Paco, Joaquinito, Álvaro... y tantos otros han hablado aquí, han cantado, corrido, jugado, bailado... reído sobre todo.... Y algo olfateo de la alegría pasada o algo presiento de la alegría futura.

Y razonaba diciendo: don Álvaro sabe mucho de estas aventuras, ya habrá él aprovechado la ocasión, ya se habrá dado trazas para quedarse a solas con ella. Paco y Joaquín no habrán puesto obstáculos, habrán procurado lo mismo para quedarse con Obdulia y Edelmira respectivamente. Visitación los habrá ayudado. Bermúdez es un idiota... de fijo están solos.

Bermúdez volvió a Vetusta; Visitación, Obdulia, Edelmira, Paco y Mesía se quedaban. Mientras abajo se trataban a gritos y con idas y venidas tan arduas materias, Edelmira, Obdulia, Visita, Paco y Joaquín corrían como locos por el corredor del primer piso.

¡Oh, perfectamente, perfectamente! Y buscaba el de la Barcaza una silla junto a una jamona aristócrata que estaba sola. Paco tenía otra vez en Vetusta a su prima Edelmira y «le hacía el amor por todo lo alto», aunque a su madre no le gustaba, porque era feo engañar a una prima. Joaquín Orgaz había prometido cantar por lo flamenco a los postres.

Jamás Visita hizo la niña de mejor buena fe, jamás Obdulia consintió a Joaquín más tonterías, según su vocabulario lleno de eufemismos; Edelmira y Paco hicieron unas paces rotas ocho días antes; hasta los viejos cantaron, bailaron un minué y corrieron por el bosque; don Víctor hizo diabluras y se cayó al río, pretendiendo saltarlo de un brinco por cierto paraje estrecho.

La inocencia de Edelmira era tan poco espantadiza que Paco hubiera podido propasarse a pisarle un pie sin que ella protestase a no sentirse lastimada. «Además, pensaba la joven, estas son cosas de aquí»; la tradición contaba mayores maravillas de la casa de los tíos. Obdulia, sentada enfrente, miraba a veces con languidez a la rozagante pareja.

Edelmira, a pesar de no haber desmejorado, tenía los ojos rodeados de un ligero tinte obscuro. Se abanicaba sin punto de reposo y tapaba la boca con el abanico cuando en medio de una situación culminante del drama se le antojaba a ella reírse a carcajadas con las ocurrencias del Marquesito, que tenía unas cosas....

Joaquín y Obdulia sabían que todo el mundo era patria: «¡pero como allíEdelmira y Paco suspiraban también por sus escondites de la quinta, que iban a dejar muy pronto.... Antes del último arranque de locura, de las últimas carreras por el bosque y de la última alegría hubo un cuarto de hora de melancolía... de cansancio mezclado de tristeza. La tarde iba a ser corta y la última.

Protejo la inocencia... yo vigilaré... No seas boba... basta que esté en mi casa para que yo la respete.... ¡Ay, ay! qué bueno es eso... mire el señor del respeto... no me fío.... Edelmira había interrumpido el diálogo y sin más se convino en rogar a la Marquesa que convidase, con reiteradas súplicas, si era preciso, al señor Magistral. Visitación lo arregló todo en un minuto. Como siempre.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando