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Actualizado: 22 de junio de 2025


Una sutil fetidez se extendía por toda la casa. Las dueñas y los criados se apretaban las narices al pasar frente a la puerta del enfermo. Entretanto, doña Guiomar no se apartaba un instante de su cabecera, como si quisiese ofrecer al Señor la doble tortura física y moral que prolongaba para ella aquel cerrado aposento. Ramiro regresó lo más pronto que pudo.

Vélez de Dueñas descendiente de don Llorente Vélez de Guevara, uno «de los trescientos hidalgos que ganaron a Jerez»,

Entre aquellas hormigas humanas habíalas de pocos años y buen palmito, risueñas unas y alborotadas con la boda, otras quejumbrosicas y encendidos los ojos de llorar, con la despedida. Media docena de maduras dueñas las autorizaban, sacando de entre el velo del manto la nariz, y girando a todas partes sus pupilas llenas de experiencia y malicia.

No se las veía en las antesalas haciendo esperas, porque conocían las horas del despacho, y si se adelantaban por un caso fortuito, se paseaban en los corredores con aires de dueñas de casa, o formaban en la rueda de los ordenanzas y porteros, donde salpicaban los comentarios banales o los chismes corrientes, con la observación mordaz o el relato pimentado, recogido de "los mismos labios de los de la presidencia", "de los del Congreso" o de cualquier otro foco de fama indiscutible.

Aquella mujer lloraba silenciosamente; de tiempo en tiempo un sollozo desesperado hacía desgarrador su llanto. En la alcoba, sobre un reclinatorio delante de una virgen de los Dolores, había una lamparilla encendida. Fuera de la alcoba, junto á la puerta, estaban sentadas dos dueñas silenciosas é inmóviles. Pasó algún tiempo así.

En otras ocasiones lucía los ricos despojos tal como se los habían dado, y las gentes señalaban sus brillantes, sus esmeraldas y sus perlas, nombrando á las verdaderas dueñas de estas alhajas. Eran señoras del régimen anterior derrumbado por la revolución, que andaban ahora fugitivas por el extranjero.

Pararon las doce dueñas y hicieron calle, por medio de la cual la Dolorida se adelantó, sin dejarla de la mano Trifaldín, viendo lo cual el duque, la duquesa y don Quijote, se adelantaron obra de doce pasos a recebirla.

Palabra del Dia

rigoleto

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