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Actualizado: 13 de junio de 2025


Para la historia externa del teatro, encontramos en la antigua edición de las comedias de La Cueva dos datos no despreciables. En este tiempo, según dice Rojas, era costumbre que los ciegos cantasen en las representaciones romances y letras; entre las cuatro jornadas se hacían tres entremeses, y cuando á la conclusión había baile, salía el público muy contento. Andrés, Rey de Artieda.

En cuanto una joven se arrodillaba a sus pies para confesarse, se creía en el caso de insinuarle que el mundo estaba corrompido, que no había por dónde cogerle, el condenarse facilísimo, el amor terrenal una inmundicia, los mismos afectos de hija y de hermana despreciables, el tiempo para merecer la salvación muy limitado.

Es que yo adoro las lágrimas y el mundo se rie de ellas; es que es mi ambicion muy grande ó que mi alma es muy pequeña: es que siempre, combatido por encontradas ideas, fluctúa mi pensamiento por que la verdad no encuentra; es que no tengo la del mártir ni del poeta; es que todos mis dolores son despreciables miserias que no levantan el ánimo y que las fuerzas enervan; es que anhelo un imposible, delirio de mi tristeza; es que me falta un apoyo á que asir mi mano trémula; es ¡ay Dios! que el alma mia no ha hallado su compañera.

<i>Frailes</i>... Atención continuó el lector . Una especie de animales viles y despreciables que viven en la sociedad a costa de los sudores del vecino en una especie de café-fonda, donde se entregan a todo género de placeres y deleites, sin más que hacer que rascarse la barriga.

Comprendo, don Luis, que usted se halle bien ufano de las suyas, pero ¿por qué no quiere usted dejar a los demás la ilusión de que no escriben cosas despreciables?

Habituado a mirar a las mujeres como a juguetes de niño, estaba estupefacto y hasta aterrorizado al encontrar en uno de esos seres débiles y despreciables, una profundidad de miras y una fuerza de voluntad, contra las cuales todas sus fuerzas personales, vigor físico, fortuna, situación social, autoridad de esposo, no tenían ninguna salvaguardia y estaban reducidos a la nada.

Hacía preguntas al capataz sobre el cultivo de las viñas, alabando el aspecto de las de Dupont, y el señor Fermín, halagado en su orgullo de cultivador, se decía que aquellos jesuitas no eran tan despreciables como los consideraba su amigo don Fernando. Oiga su mercé, padre: Marchamalo no hay más que uno; esto es la flor del campo de Jerez.

FORESTO es exâcto en sus observaciones, y sus curaciones no son despreciables; pero sus preámbulos largos para cosas pequeñas, y sus repeticiones de cosas que nada importan, hacen enfadosa su letura. No obstante le tengo por mas util que á SENERTO, y puede aprovechar en manos de un Médico juicioso.

Al año y medio cayó su partido y le dejaron cesante, pero él no se había dormido ni descuidado y había aprovechado tan bien el tiempo, que pudo volver y volvió, con no despreciables ahorros. Así podía esperar y esperaba sin sobrada angustia la vuelta al poder de su partido, para que le hiciese Director general, Ministro y quién sabe si Conde. Sus esperanzas eran grandes.

Esas casamenteras de voluntades, como las llama Quevedo... pero no todo es del dominio del escritor, y desgraciadamente en punto a costumbres y menudos oficios acaso son los más picantes los que es forzoso callar: los hay odiosos, los hay despreciables, los hay asquerosos, los hay que ni adivinar se quisieran; pero en España ningún oficio reconozco más a menudo, y sirva esto de conclusión, ningún modo de vivir que menos de vivir, que el de escribir para el público, y hacer versos para la gloria: más menudo todavía el público que el oficio, es todo lo más si para leerlo a usted le componen cien personas, y con respecto a la gloria, bueno es no contar con ella por si ella no contase con nosotros.

Palabra del Dia

rigoleto

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