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Actualizado: 14 de julio de 2025


La aduana de Southampton tiene un movimiento extraordinario, y á pesar do la rigidez con que se hacen los registros y se cobran los derechos pude observar dos cosas muy notables: que en Inglaterra el viajero es tratado con decencia y respeto por los empleados fiscales, pues allí no hay esas inquisiciones sobre la persona, que insultan delicadeza del hombre de honor y el recato de una señora; que el viajero que quiere evitarse prolijos registros en su equipaje, no necesita mas que decir franca y lealmente lo que lleva en sus baules, en cuyo caso el registro se limita á los objetos denunciados por el propietario.

Sin embargo por encima de estas consideraciones materiales se ciernen invisibles otras de carácter moral, mucho más trascendentales y poderosos. Los pueblos del Oriente en general y los Malayos en particular son pueblos de sensibilidad: en ellos predomina la delicadeza de sentimientos.

Por cierta reserva, por súbitas reacciones, por múltiples reticencias, que lentamente relajaban vínculos sin romperlos, se comprendía que con extrema delicadeza, ponía empeño en desatar lazos que la familiaridad de nuestras costumbres había apretado demasiado.

En la época en que lo presento ahora, pasaba de los cincuenta años. Torquemada lo estimaba mucho, porque en sus relaciones de negocios, Bailon hacía gala de gran formalidad y aun de delicadeza.

Vivió apaciblemente encerrado en su casa, tuvo toda clase de atenciones para con su esposa y le demostró, con una delicadeza extrema, que Germana nunca había estado curada y que debía esperarse lo peor.

Entonces, si el amiguito se hacía el remolón y no se apresuraba a compartir con él la golosina, arrimaba el hocico y, no se la arrancaba violentamente, que esto no cuadraba a su educación ni a su carácter diplomático, pero con sutileza increíble se insinuaba, se insinuaba; principiaba por lamer tímidamente el pastel y concluía por abrir con extrema delicadeza la mano del niño y engullírselo.

¿Y V. por qué ha hecho eso? le pregunté con la falta de delicadeza, mejor dicho, con la brutalidad de que solemos estar tan bien provistos los caballeros. Por nada repuso desprendiéndose de mi brazo repentinamente y echando a correr. La seguí y la alcancé pronto. ¡Qué polvorilla es V.! le dije echándolo a broma ¡Vaya un modo de despedirse!... Perdón si la he ofendido...

La hija menor de los dueños de esta huerta se hallaba una mañana en ella cortando flores con las tijeras que pendían de su cintura y colocándolas después con mucha delicadeza en un cestillo de mimbre.

Ninguna le igualaba en esbeltez y delicadeza: vestía con suma gracia y sencillez, y bailaba el minueto da una manera tan sutil y ligera, que aparecía del modo menos terrestre que es posible en la figura humana.

Poseíamos, además, en París, en el bulevar de los Capuchinos, una magnífica casa, donde encontrábamos un confortable apeadero. En fin, en el lujo habitual de nuestra casa nada dejaba traslucir la sombra de la escasez ó de la proximidad á ella. Nuestra mesa era siempre servida con una delicadeza particular y refinada, á la que mi padre daba mucha importancia.

Palabra del Dia

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