Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Confieso que fué por mi culpa... No tuve constancia ni firmeza para desafiar y despreciar la opinión pública y sufrí débilmente la influencia de cobardes consejos. Me alejé un poco de esas desgraciadas señoras y cuando volví hallé la puerta cerrada y los corazones llenos de desdén... Por eso he paseado por el mundo entero mi tristeza durante diez y ocho meses, sin lograr calmarla.
El amor a los desgraciados me domina, hasta el punto de embotar mis sentidos. Soy como el ebrio y el jugador, que, obsesionados por su afición, nada sienten ante la mujer. El hombre de estudio, enfrascado en los libros, experimenta muy débilmente los llamamientos del sexo. Mi pasión es la lástima por los desheredados, el odio a la injusticia y la desigualdad.
María bajó consternada la cabeza. Al cabo de un rato pudo articular débilmente: No me entiendes, Ricardo, ni yo te entiendo tampoco. Para juzgar las cosas de este mundo nos colocamos en puntos de vista muy distintos. Tú miras por el cristal de las convenciones establecidas por los hombres y yo únicamente por la de la ley de Dios.
Nuestros ojos sonreían, cambiando largas miradas impregnadas de pasión; nuestros labios murmuraban frases de amor; nuestras manos se buscaban en la oscuridad y se oprimían, tan pronto viva como débilmente. Gloria me preguntaba aún muy bajito si la perdonaba. Yo respondía que sí y que la adoraba.
En sus costumbres y afectos se vislumbra siempre á España y al siglo XVII. Esta propensión á imprimir espíritu nacional en elementos extraños, no merece nuestra censura; pero parece que estos asuntos inspiran más débilmente al poeta, tan español en todo; por lo menos casi todas las comedias de esta clase son inferiores á las demás.
El joven se defendía débilmente. Otra vez hablaba acerca de su futuro enlace.
Después de tan pomposos anuncios, la obstinada prudencia del intrépido Mervyn, tenía en realidad algo de ridículo; á mi parecer, tenía yo más que nadie el derecho de reirme y no tuve escrúpulo en hacerlo. Además, la hilaridad fué general muy luego, y la señorita Margarita acabó por tomar parte en ella, aunque muy débilmente. Después de todo dijo, he perdido otro pañuelo.
Dile añadió Federico sonriendo débilmente, dile que San Nicolás ha venido. Y de esta manera, manchado de lodo y sangre, casi desnudo, anonadado, andrajoso, con un brazo colgando inerte a su lado, San Nicolás llegó a Bar Sansón, y cayó desfallecido en el umbral de una mísera vivienda.
Mientras sus ojos permanecían sumidos en este mundo lóbrego surcado por los rojos cometas de la pesadilla, su oído vibraba débilmente en ciertos momentos con palabras que parecían sonar lejos, muy lejos, y sin embargo eran pronunciadas junto a su cama. «Pulmonía traumática... Delirio.» Estas palabras eran repetidas por diversas voces, pero él dudaba que se refiriesen a su persona.
Le parecía ver a través de una nube del cálido vapor de la emoción los ojos verdes, grandes, luminosos, la nariz graciosa, de alillas palpitantes y rosadas, y aquel cabello rubio que caía sobre la tez blanca, con transparencias de nácar, surcada de venas débilmente azules. Era un perfil de hermosura moderna, graciosa y picante.
Palabra del Dia
Otros Mirando