United States or Croatia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Pues yo lo deshago! replicó Juan en fogoso arranque. Eso se dice ahí, en el escenario, pero aquí en la vida... ¡ya no podemos ser dichosos! ¿Luego me quieres? ¡alma mía! ¿No eres feliz? ¿Qué hombre es ése? ¿Por qué te has enamorado? Cuéntamelo todo. No me atormentes más, que estoy sufriendo mucho...; mira, mira añadió levantando un poco la cortina márchate, que ha comenzado el sainete.

Pero ¡ay! ¿esperaría la muerte? ¿Era filial aquella prudente reserva? Liette cayó de rodillas. Perdona, madre querida; quería ahorrarte una decepción probable... Pronto, cuéntamelo todo... ¿Te ama? Así me lo ha dicho. ¿Y escrito también? Por eso recibías tantas cartas de Granville... La anciana se reía maliciosamente, muy orgullosa por su perspicacia. ¡Oh! dos solamente, y no las he respondido.

El joven, pues, le dijo tomándola afectuosamente las manos y atrayéndola hacia su pecho hasta sentir latir su corazón: Vaya, vaya, querida hija mía, ¿quieres secar esas lágrimas y responderme cuerda y razonablemente? ¿No estoy aquí yo, tu protector, tu marido? Cuéntamelo todo en detalle. ¿Qué quieres que te diga, Raúl? Tu madre me ha echado. ¡Echarte!

Es verdad... Pues has llorado... Algo te pasó entonces en la calle... Cuéntamelo, hija mía... ¿No tienes confianza en tu madre? Y al mismo tiempo le pasó los brazos al cuello y la besó con efusión. Demetria se sintió enternecida y rompió á llorar perdidamente. Felicia quedó estupefacta. ¿Cómo? ¿Qué es esto?... ¿Qué te pasa, hija querida?

Yo tenía lástima de ella y quise sacarla de allí..., pero me fusilaron los franceses. ¡Te fusilaron! , señora, y el Sr. de Lobo...; pues..., lo cierto fué que la niña desapareció. Ya... Cuéntamelo todo. Con el mayor afán, con el interés más grande que durante mi vida he sentido por cosa alguna, empezaba yo a contar a la Condesa lo que sabía, cuando la entrada de dos personas me interrumpió.

Y la cantante, enternecida por el recuerdo, contemplaba con ojos lacrimosos la ancha boina de terciopelo negro, un mechón de cabellos grises, dos plumas de acero gastadas y corroídas, todos los recuerdos del maestro, guardados piadosamente en una vitrina por Hans Keller. que le conociste, dime cómo vivía. Cuéntamelo todo: háblame del poeta... del héroe.

Adelante, Sancho: y, en tanto que estaba en su menester, ¿qué coloquios pasó contigo? ¿Qué te preguntó de ? Y , ¿qué le respondiste? Acaba, cuéntamelo todo; no se te quede en el tintero una mínima.