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Actualizado: 22 de octubre de 2025
Conociendo, que me seria imposible trepar por las escarpadas laderas, y que, con la variacion este de 8 grados 28 minutos, la quebrada de Tulima, dirijida al nornorueste de la brújula, me ofrecia un buen camino, me dirijí por él. Caminé durante seis dias consecutivos por la misma quebrada, variando mi direccion de norte á nornorueste, pero haciendo apénas cuatro leguas por dia.
Había éste jurado se había de beber la sangre del apostólico Padre, luego que el tiempo le ofreciese comodidad sin hacer caso de cualquiera de los suyos que se lo procurase impedir, no conociendo, por estar ciego de su pasión, ó no queriendo creer que otro Señor más poderoso, de cuyas manos no podía él huir, había de embarazar y desvanecer sus intentos.
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre. 7 Así que ya no eres más siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por Cristo. 8 Antes, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;
A comer, a comer dijo doña Martina. Y en el mismo instante un criado apareció con la humeante sopera entre las manos. D. Bernardo se levantó para ofrecer el asiento al coronel Bembo; pero éste, conociendo las costumbres de la casa, se guardó muy bien de aceptarlo; si el anfitrión hubiera cambiado de sitio, quizá no le sentase tan bien la comida.
El ánimo de Gloria y la confianza que mostraba en los recursos de su imaginación me la infundían a mí también y me tranquilizaban. Al día siguiente, no conociendo a más jurista en Sevilla que a Olóriz, que estaba en el último año de la carrera, le consulté sobre los requisitos del matrimonio.
Conociendo entonces que era imposible acabar con él si no recurría a una estratajema, se apartó un buen trecho de su contrario, se desató rápidamente una larga y fuerte faja de seda que le ceñía el talle, hizo con ella, sin ser notado, un lazo escurridizo, y revolviendo sobre el Príncipe con inaudita velocidad, le echó al cuello el lazo, y siguió con su caballo a todo correr, haciendo caer al Príncipe y arrastrándole en la carrera.
Sin embargo, como Reginaldo se había formado en una fábrica de Nottingham, conociendo el comercio de encajes, continuó valientemente los pasos de su padre, y, debido a su dedicación al negocio, consiguió desenvolverse lo bastante bien para evitar presentarse en quiebra ante los tribunales, y pudo asegurarse una renta anual de algunos cientos de libras.
Jamás se describieron con tal lujo de pormenores cosas en rigor muy insignificantes. Lucía estaba ya al corriente de las rarezas, gustos e ideas especiales de Artegui, conociendo su carácter y los hechos de su vida, que nada ofrecían de particular.
La Reina tenía gran empeño en ello, y el Rey no dijo nada... Todos los días le acompañaba al Pardo para tirar un par de tiros... Hasta el mismo Godoy se hubiera conformado, conociendo mi superioridad; y si no, no me habría faltado un castillito donde encerrarle para que no me diera que hacer. Pero yo rehusé, prefiriendo vivir tranquilo en mi pueblo, y dejé los negocios públicos en manos de Godoy.
No era el Conde de la reciente escuela y última cría, que hace gala de gastar pocos miramientos con las mujeres, o si lo era, sabía distinguir ocasiones y personas, y conociendo que no ganaría con abatirse intrépida y bruscamente sobre su presa, estuvo hasta cortado y tímido en los primeros instantes.
Palabra del Dia
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