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Actualizado: 18 de junio de 2025
Le convenía a don Jaime tenerle a su lado: siempre serían dos para defenderse. Y para apoyar la urgencia de la petición, recordaba el enfado del siñó Pep, y la certeza de que éste iba a llevarlo a Ibiza a principios de la semana próxima, para encerrarle en el Seminario. ¿Qué haría el señor cuando se viese privado del más fiel de sus amigos?...
Acudimos Padilla y yo, y con gran trabajo pudimos desarmar al filósofo y encerrarle en su cuarto, donde quedó dando cabezadas contra las paredes y pegando unos gritos que se oían desde la calle». Ya lo dije yo. Tanta y tanta lógica tenía que parar en eso... Conque ya sabe usted. A las diez habrá misa y responso en el cementerio.
Un rato hablaron, y como ella se mostrase recelosa de que el marido de la difunta fuese por allá y armara un escándalo, el farmacéutico la tranquilizó diciéndole: «No tema usted nada. Esta mañana hemos conseguido encerrarle.
Tiburcio respondía a esto que él también recordaba lo que decía Morsamor, pero que recordaba asimismo que Ruy Falero había perdido el juicio y, que habían tenido que encerrarle en una casa de locos.
Decíale Pascuala mil cosas divertidas para distraerla, y á cada momento le contaba las estratagemas que tuvo que poner en juego para que su Pascual no se echara á la calle, teniendo que encerrarle en la casa y esconderle la escopeta en lo más profundo del sótano.
La Reina tenía gran empeño en ello, y el Rey no dijo nada... Todos los días le acompañaba al Pardo para tirar un par de tiros... Hasta el mismo Godoy se hubiera conformado, conociendo mi superioridad; y si no, no me habría faltado un castillito donde encerrarle para que no me diera que hacer. Pero yo rehusé, prefiriendo vivir tranquilo en mi pueblo, y dejé los negocios públicos en manos de Godoy.
Su frente es altiva, sus ojos de águila, su fuerza irresistible, su movimiento el del tapón de una botella de champaña. Pero para dar al gas una forma, no hay más medio que el de encerrarle en un continente que la tenga. Nada, pues, más natural que el que demos a esta especie el nombre de hombre-globo: sólo así podemos hacerle perceptible a nuestros sentidos.
Cuando mi madre expiró en mis brazos, él dio dos o tres paseos por el cuarto, y mirándome con unos ojos..., ¡Jesús, qué ojos!..., me dijo: «Se le harán los honores de tenienta generala muerta en campaña...». No puedo recordar estas cosas; me muero de pena. Fue preciso encerrarle aquí. Un pariente bastante acomodado que teníamos en el Tomelloso se condolió de mí y ofreció dar la pensión de segunda.
Juan Pablo y ella disertaron largamente sobre lo que se debía hacer, y por fin el primogénito dijo que intentaría aplicar a su hermano un buen sistema terapéutico, antes de recurrir al extremo de encerrarle en un manicomio.
«¿Qué? le dijo el farmacéutico inclinándose y tratando de levantarle . ¿Se va pasando eso?... Como hace días nos quiso usted morder, cuando le quitamos el revólver, y daba mordiscos y patadas, y quería matar a todo el género humano, tuvimos que encerrarle. Justo castigo de la tontería... ¿Qué? ¿Ha perdido el uso de la palabra?
Palabra del Dia
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