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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Tenía serios adversarios. La mayor parte de los generales eran hombres que no vacilaban ante ningún obstáculo. De «rancheros» ó bohemios de la ciudad, se habían convertido en generales heroicos. ¿Por qué no podían ser igualmente escritores?... Como Julio César después de sus campañas, cada uno de ellos quiso escribir sus Comentarios.
Era una solución digna de su cabeza destornillada. Con estos comentarios fue desnudándose, y al apagar la luz experimentó entre las sábanas la voluptuosidad del que se ve solo después de haber sufrido una compañía enojosa. ¡Ah, las mujeres! ¡Lástima grande no poder vivir sin ellas!
Esto obligó á otro PEDRO HISPANO mas moderno, Clérigo y Teólogo insigne, á enmendar las Súmulas, cuya obra ilustró con Comentarios muy buenos y muy breves nuestro PEDRO CIRUELO, natural de Daròca y Canónigo de Salamanca, uno de los hombres mas bien instruidos en todo género de buenas letras, que tuvo el siglo décimosexto.
Suéltase entonces la carcajada en el corrillo, y empiezan los comentarios sobre el viejo, sobre el sombrero, sobre la calva, sobre el frac verde. Nada causa más risa que la extrañeza y el enfado del pobre; sin embargo, nada más natural.
Pasando de unas cosas a otras, se llegó en la conversación a lo que era objeto de diversos comentarios por aquellos días: el estreno de un drama de esa escuela que, inspirada en la realidad, lleva a la escena nuestra propia vida y nuestras miserias; haciendo al teatro espejo donde las imágenes que se mueven en la acción fingida, sean, según su virtud o su torpeza, ejemplo de unos y escarmiento de otros.
«¡Ya llegan, ya llegan! repitieron los del Casino y las señoras de la Audiencia cuando la procesión llegaba de verdad. Ahora no era un rumor falso, eran ellos, era el Entierro». Cesaron los comentarios en los balcones. Todas las almas, más o menos ruines, se asomaron a los ojos. Ni un solo vetustense allí presente pensaba en Dios en tal instante. El pobre don Pompeyo, el ateo, ya había muerto.
Razones de este género me han movido a dividir este precipitado trabajo en dos partes: la una, en que trazo el terreno, el paisaje, el teatro sobre que va a representarse la escena; la otra, en que aparece el personaje, con su traje, sus ideas, su sistema de obrar; de manera que la primera está ya revelando a la segunda, sin necesidad de comentarios ni explicaciones.
Durante el almuerzo dominical, las dos señoritas hacían comentarios sobre las personas y méritos de varios jóvenes del pueblo y de las estancias próximas que se detenían en la puerta de la iglesia para verlas.
Comedias de D. Juan Bautista Diamante, del hábito de San Juan, Prior y Comendador de Morón. Madrid, 1670 y 1674: dos tomos. Voltaire, á la verdad, nombra á Diamante en sus Comentarios á Corneille, pero nada dice de esta cuestión; no así el abate Arnaud, que lo menciona y describe, tal como es, en la Gazette litteraire de París, tomo II.
Ahora, al escuchar sus regocijados comentarios sobre la tranquila vida de Tòni y su filosófica cordura, volvió á decirse mentalmente, sin que el capitán pudiese adivinar nada en su rostro: «Ya ha roto con la mujer: se ha cansado de ella. ¡Más vale así!» Se afirmó aún más en esta creencia al escuchar los planes de Ferragut.
Palabra del Dia
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