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Actualizado: 23 de julio de 2025


Para esto debió ser creado el hombre, no para acompañarse en los breves días de su existencia del trabajo abrumador, de la airada venganza, de la pálida envidia, de la tristeza roedora. La tradición del Paraíso, es la más lógica y venerable de las tradiciones humanas. El sol doraba ya solamente las cimas de los nogales que circundaban el prado, extendiendo desmesuradamente sus sombras.

Vivos deseos sintió Quintanar por un momento de echar raíces y ramas, y llenarse de musgo como un roble secular de aquellos que veía coronando las cimas del monte Areo. «Vegetar era mucho mejor que vivir».

Todas las noches se tocaba entredicho, por los repetidos avisos de que entraban los indios á destruir la villa, ocasion que aprovechaban los cholos para continuar robando cuanto podian, hasta el 18 de Marzo, en que se verificó; amaneciendo en las cimas de los Cerros de San Felipe y la Tetilla de 6,000 á 7,000.

Mi temperamento, en la escala de lo sensible, ni siquiera llegaba al grado de los innumerables que para «sentir el natural» necesitan verle reproducido y hermoseado en el lienzo por la fantasía del pintor y los recursos de la paleta; y, sin embargo, yo leía algo que jamás había leído en la Naturaleza cada vez que la contemplaba a la luz de las impresiones transmitidas por don Sabas encaramado en las cimas de los montes.

Su inteligencia poderosa y predestinada a las grandes investigaciones no se desenvolvía como la de la mayoría de las personas, sino que dando saltos prodigiosos escalaba en poco tiempo las cimas más altas del saber. Las conversaciones con Moreno sugerían en su mente grandes, profundas ideas y provocaban deseos y propósitos que no habían de tardar en realizarse.

La idea del tamaño, que yo no concebía sino de una manera imperfecta, se me presentó clara y terrible, como si me arrojaran desde las cimas más altas a los abismos más profundos. Todo esto es bello y grandioso, aunque me hace estremecer. Quiero ver repetidas esas sensaciones sublimes.

Las cimas de los árboles se balanceaban, movidas por el céfiro, y un largo rayo de luz se abrió camino entre las enlazadas ramas, dando de lleno en la indecisa cara, sorprendiéndola en una mueca de irresolución. De pronto, agarró con su habitual ligereza la mano del maestro.

Las rápidas faldas de los montes saboyanos parecían caer a pique sobre el lago, y las cimas se destacaban negras sobre el claro fondo del hielo, como cortándola. Vérod echó nuevamente a andar, anhelante. La proximidad de la noche lo aterraba. ¿Qué iba a hacer en la noche?

Lo mismo sucede á la gente que se encuentra á bordo del barco; al acercarse á una costa, empiezan por ver las cimas, y luego la base de las montañas ó colinas que se extienden á lo largo de aquélla; al alejarse ocurre lo inverso. De esa manera se patentiza la curvatura de la superficie del mar.

Y Argensola, con el gesto de un perro que sacude sus lanas, marchaba á continuar la lectura en algún cafetucho incómodo de las cercanías. Su influencia descendió de las cimas de la intelectualidad para intervenir en las vulgaridades de la vida material.

Palabra del Dia

godella

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