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Actualizado: 22 de mayo de 2025


A ese clero que condena a la tisis del hambre a dignos comerciantes, a padres de familia; a ese clero que dispersa los hogares y hunde en alcantarillas inmundas, mal llamadas celdas, a las vírgenes del Señor, y que entiende que las entrega a Jesús entregándolas a la muerte.

Es en medio de ellos que floreció el genio de Abelardo, cuya memoria está ligada a todos los sentimientos de piedad y de amor. También fue en la oscuridad de sus celdas donde Rancé ocultó sus penas y donde aquel espíritu ingenioso que a los doce años había adivinado las delicadas bellezas de Anacreonte, abrazó libremente, a la edad del placer, las austeridades de que nuestra debilidad se asusta.

Allí, como ya sabéis, vivieron los últimos frailes desde la catástrofe del Edificio, ocurrida en 1809, hasta la catástrofe de la Comunidad, ocurrida en 1835. Nosotros penetramos en algunas celdas. Reinaba en ellas la misma muda soledad que en las del Palacio de Carlos V. Ni gente ni muebles quedaban allí..... Las desnudas paredes hablaban el patético lenguaje de la orfandad y de la viudez.

El edificio entero, al parecer complicado, pero en realidad muy sencillo, costó apénas 30,000 pesos y solo exige un gasto anual de 5,000, á lo sumo, como déficit del producto que deja, respecto de los gastos, el trabajo de los reclusos. Puede contener 56 reos, á juzgar por el número de celdas; pero jamas se ha colmado y ordinariamente no tiene sino unos 46.

A las horas de oracion cada cual debe tocar su campana en oyendo sonar la de la capilla; é incurre en grave falta el que no lo hace. Visten hábito y escapulario con capilla de paño pardo. Hay casa de novicios, separada de las celdas de los profesos, las cuales estan aisladas y diseminadas por toda la tierra que abraza el Santo Yermo. El noviciado dura seis meses.

La santidad, una declarada locura. ¿Qué me dice usted de San Francisco de Asís abrazando y besando a los leprosos? ¿No es un caso de locura inmunda como la de esos desgraciados que suelen verse en las celdas de los manicomios gozando en revolcarse entre sus excrementos? ¿Qué opina usted de Santa Teresa de Jesús? ¿No le parece a usted increíble que haya aún quien tome en serio los desatinos que escribe?

Era éste pequeño é irregular: estaba en lo más interior de la casa, y tenía una ventana estrecha, con vidrios de dudosa transparencia, que daba á un patio, de esos que por lo profundos y estrechos parecen verdaderos pozos. Enfrente y á los lados se abrían tres filas de ventanas mezquinas, respiraderos de otras tantas celdas, donde se albergaban familias bulliciosas.

Si le injuriaban, perdonaría la injuria antes que venir a este infierno silencioso por un arrebato de su animalidad. El empleado le hizo subir una escalera, al término de la cual estaban las celdas de los niños.

Terminó el oficio, y los frailes lenta y silenciosamente abandonaron el coro y atravesaron como sombras los vetustos claustros, para internarse en sus celdas, a descansar breves momentos. Fray Baltasar, cabizbajo, penetró en su retiro y se recostó en la dura tarima que le servía de lecho; la fatiga y la tristeza pesaron sobre sus párpados y el sueño le proporcionó momentáneo alivio.

Y si hubierais tenido fija la mirada en vuestras sandalias, ¿cómo ver las sonrisas y mohines de aquel demonio disfrazado de mujer? ¡Á vuestras celdas, falsos hermanos, á pan y agua hasta el próximo domingo, con dobles laudes y maitines para que aprendáis á obedecer las leyes que nos rigen! Ambrosio y Porfirio, atemorizados ante aquella inesperada reprimenda, cayeron temblando en sus asientos.

Palabra del Dia

atormentada

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