Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de junio de 2025


Como brillaban las lentejuelas de algunos abanicos, así relucían los conceptos uno tras otro... El verano se anticipaba aquel año y sería muy cruel... Los generales habían llegado a Canarias... Prim estaba en Vichy... La Reina iría a la Granja y después a Lequeitio... Se empezaban a llevar las colas algo recogidas, y para baños las colas estaban ya proscritas... González Bravo estaba malo del estómago... Cabrera había ido a ver al Niño terso...

Despachó directamente para la Española, desde Canarias, tres de los navíos, mandados por Pedro de Arana, hermano de doña Beatriz Enríquez, Alonso Sánchez de Carvajal y Juan Antonio Colombo, su pariente. Con una nao y dos carabelas hizo el descubrimiento del Continente en Paria y bocas del Orinoco, siéndole de gran servicio durante la enfermedad que padeció el capitán Pedro Terreros.

Eran aves enormes repletas de pescado y desperdicios de los buques, con alas poderosas, blancas y combadas, semejantes a velas. Seguían al trasatlántico desde Canarias, habituadas a esta soledad azul, inmensa para los ojos del hombre, y en la que su instinto husmeaba la vecindad invisible de la costa de África y del archipiélago de Cabo Verde.

De pronto, Smiles exclamó: ¡Maldición! La luna llena. Nos van a descubrir. Efectivamente, la luna salió, iluminando la playa con una fuerza tal que se veían todos los montículos y piedras. Yo, en aquel momento, me acordé de que el patrón de la goleta alquilada en Canarias se había comprometido a acercarse a la desembocadura del río todos los meses en el plenilunio.

Los enfermos de veras dirigíanse á Sicilia, Argel, Madera y las Canarias; empero la regeneración de los débiles, de los fatigados, de los descoloridos habitantes urbanos, se efectuará tal vez mejor en los climas más desiguales.

Estuvo luego en Lisboa, con el propósito de encaminarse á la América meridional y realizar uno de sus deseos más vehementes; visitó, pues, la isla de Madera y también las Canarias, subiendo al pico de Tenerife y abandonando, al fin, su propósito, porque su salud, ya delicada, no se prestaba á las exigencias de un viaje de esta especie.

A veces digo: «¿No habrá un cataclismo, un terremoto o cosa así antes del día 10?. Pienso en la revolución, y créalo usted... desearía que hubiese algo... Me basta con una semana de jarana y tiros, durante la cual no pueda salir la gente a la calle... Pero ni eso, querida. ¿Sabe usted que a los generales Serrano, Dulce y Caballero de Rodas les han puesto presos, y dicen que les mandarán a Canarias y que también destierran al duque de Montpensier?

Y en las Canarias, así como en las Azores, también veían los habitantes tierras nuevas que surgían en el horizonte al llegar ciertos meses, y que para el vulgo eran las de las tradiciones marítimas: la isla de las Siete Ciudades y la de San Borombón, pintadas por algunos cartógrafos en sus mapas con los títulos de «Antilla» y «Mano de Satán». Los de mayores conocimientos explicaban con arreglo a los escritores antiguos, la naturaleza de estas tierras tan pronto visibles como ocultas y que frecuentemente cambiaban de lugar.

Conversando estuvieron largo rato, y la señora de Quevedo le enseñaba sus jaulas de pájaros, canarias en cría, un jilguero que sacaba agua del pozo, y comía extrayendo el alpiste de una caja, con otras curiosidades ornitológicas de que tenía llena la casa. A la hora de comer entró Quevedo muy fatigado, diciendo: «No hay nada todavía...». Y como vio allí al sobrino de doña Lupe, no dijo más.

Salimos de allá con la intención de coger la isla de Lanzarote. A los dos días nos cogió un temporal del sudoeste, y como el viento, aunque muy fuerte, era manejable, concebimos la esperanza de llegar pronto a las Canarias. A la luz de la linterna, el capitán, con la brújula, estudiaba el plano.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando