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Actualizado: 20 de junio de 2025


¡Ella! exclamó la señora de Campistrón al mismo tiempo que su marido; no me hable usted. ¡La violencia misma! ¡Una pólvora! ¡Y qué ligera de manos! ¡Mujer!... interrumpió el tenor. ¡Déjame! Todo el mundo la conoce... ¡Pues y el lenguaje! Ni las verduleras del mercado cuando disputan... Es verdad que no ha sido educada por ninguna duquesa.

Hablar al señor Campistrón, respondió Tragomer. Está ocupado en este momento, pero si ustedes quieren hablar con la señora... Marenval y Tragomer se consultaron con la vista. No hay inconveniente, respondió Marenval. El empleado abrió una puerta practicada en la balaustrada y salió á la antesala. Llamó á una puerta y entró con aire misterioso.

La madre de Juana... , Campistrón, aunque me eches esas miradas terribles; la madre era cualquier cosa, y la hija tenía á quien parecerse.

Pero si esto interesa á usted, hay una persona que le enterará exactamente: ¿Quién? El agente de teatros Juan Campistrón; es el que recluta las compañías y conoce todo el personal, hasta el que no trata con él. ¿Dónde vive ese agente? ¿Campistrón? Calle de Lauery, 17. Pero todo el mundo lo conoce.

Conviene que tengamos certeza sobre ese punto... Pues bien, señores, hay más. Ella, que pagaba con mucha exactitud las lecciones, se marchó sin satisfacer las del último mes. No le acuso por ello, dijo Campistrón con nobleza; los artistas no somos mercaderes... Trabajamos de buena gana por la gloria... Hago constar solamente el hecho.

Sus negocios marchan bien y ha tenido que alquilar otro cuarto del mismo piso para establecer en él un diminuto escenario, donde da las lecciones y hace los ensayos y al que llama pomposamente su conservatorio. Campistrón no es un simple agente dramático; es también un innovador, pues ha inventado un nuevo método de canto: el canto de vientre.

La agencia dramática Campistrón está establecida en un piso tercero interior de la calle de Lancry, y allí, retirado de la escena después de una carrera llena de incidentes realizada en los teatros de provincia, el antiguo primer tenor se ocupa en proveer á sus ex directores del personal que necesitan para todos los géneros.

Toda la cuestión consiste en convencerse de que Juana Baud no es Jenny Hawkins, y tengo la prueba en el bolsillo. Esta fotografía con la firma de la discípula de Campistrón, prueba hasta la evidencia la sustitución de personas.

Su fotografía, con una dedicatoria llena de efusión... Mujer, tráela. Aquí está, dijo la señora de Campistrón. Y entregó á su marido una tarjeta álbum que el cantante contempló con satisfacción y con rabia al mismo tiempo. , hela aquí... ¡Es la ingrata!

Marenval y Tragomer no oyeron más; estaban en un gabinete severamente amueblado de reps verde, donde sentada detrás de una mesa de despacho, una mujer regordeta y demasiado rubia acababa de firmar una contrata con una guapa muchacha muy pintada y que olía fuertemente á almizcle. La señora de Campistrón dijo á los visitantes indicándoles un sofá: Siéntense, señores; soy con ustedes.

Palabra del Dia

rigoleto

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