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Actualizado: 21 de mayo de 2025


Fué tal el ascendiente que llegaron á tener sobre estos indígenas, y el buen éxito coronó de tal manera sus esfuerzos, que bien pronto las cabañas dispersas de aquella poblacion salvage se vieron reemplazadas por multitud de hermosos caseríos, que respiraban el órden y la limpieza, y en medio de los cuales se levantó una espaciosa iglesia con su convento.

XLI del Catálogo razonado de las obras dramáticas del maestro Tirso de Molina, de Hartzenbusch, de la Biblioteca de Autores Españoles. Agustín Moreto y Cabañas. Sus obras serias. SOBRE la vida de este célebre poeta casi no ha llegado hasta nosotros noticia alguna auténtica.

En cambio del disfrute de los puertos altos por las cabañas de estos Concejos, durante determinados meses del verano, pesa sobre ellos un casi imaginario y levísimo gravamen.

Las aguas lanzadas de una á otra orilla bañan el pie de la última colina y reflejan las torres de la última ciudad. Ya el humo que se levanta de las casas se confunde con las lejanas brumas, y en las orillas, pobladas de árboles de dorada corteza, no aparecen más que cabañas y raras quintas medio ocultas en la verdura.

El lo había construido todo, con la ayuda de su criado, dándole la solidez de un castillo. Parecían las tres cabañas otros tantos montones de basura y escombros en los cuales una familia de topos hubiese abierto agujeros que eran puertas, galerías tortuosas que servían de habitaciones. Todos los despojos de la villa habían sido empleados en la edificación.

Estos podéis tener por aforismos Los que del arte no tratáis antiguo, Que no da más lugar agora el tiempo; Pues lo que le compete los tres géneros Del aparato que Vitrubio dice, Toca al autor, como Valerio Máximo, Pedro Crinito, Horacio en sus epístolas, Y otros los pintan con sus tiempos y árboles, Cabañas, casas y fingidos mármoles.

A la derecha, entre las cabañas de los campesinos, se distinguen las torrecillas de un castillo gótico cuyas alas ruinosas se extienden sobre una ancha plataforma; y más abajo, el río que sale de repente de detrás de la colina, como si en ella tuviera su nacimiento, y que se pierde, a gran distancia, en el fondo azulado del horizonte.

¿Qué has descubierto? preguntó Van-Stael, saliendo del bosque. ¡Mira! Es una casa de papúes dijo el Capitán. ¡Mal encuentro, si está habitada! ¿Una habitación? , Cornelio. Los papúes para no dejarse sorprender por sus enemigos o por las fieras, construyen sus cabañas sobre altas estacas. Pero esa es inmensa. Suelen habitar muchas familias en cada una de esas casas aéreas.

Aunque vecinas sus cabañas, nuestro guarda y él nunca se visitan. Hasta evitan encontrarse. Un día que pregunté al rondeîron la razón de esa antipatía, me respondió con seriedad: Tenemos distintas opiniones... El es rojo, y yo soy blanco.

Mas, ¡no es la espada omnipotente sólo la que al brillar del uno al otro polo, obró cien maravillas en el llano; es la esencia vital de las Españas, que al invadir palacios y cabañas, prestó eficacia al ideal cristiano.

Palabra del Dia

ciencuenta

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