Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de mayo de 2025


En dos o tres días refrescó sus lecturas, rehízo su erudición descompuesta en los viajes y en la vida de libertino, y bien preparado acudió al torneo a que el otro le retaba con sabidurías de tercera mano, aprendidas en los libritos franceses de ciencia popular a treinta céntimos el tomo.

Aún subirá afirmaba el segundo con una alegría cruel . Veremos la tonelada á ciento cincuenta, á doscientos... ¡Vamos á hacernos ricos! Y Tòni empleaba el plural al hablar de la futura riqueza, sin que se le ocurriese por un momento pedir á su capitán unos céntimos más sobre los cuarenta y cinco duros que recibía al mes. La fortuna de Ferragut y del buque la consideraba como suya.

Consideraba don José como una gloria más de su ídolo el que la gente admirase la serenidad con que perdía el dinero. Un matador no podía ser igual a los demás hombres, que andan a vueltas con los céntimos. Por algo ganaba lo que quería. Además, satisfacíale como un triunfo propio, como algo que era obra suya, el verle metido en un Círculo donde no todos podían entrar.

Buenos días, señorita Beaudoin... Dispénseme usted si la molesto, pero necesito un sello de dos sueldos. ¡Qué suma de curiosidad en ese sacrificio de diez céntimos arrancados a la rapacidad campesina! Liette, sin parecer echarlo de ver, hacía silenciosamente su oficio, mientras la exempleada le susurraba al oído: La tendera de la esquina, una mujer muy lista.

Pero duque, ¿cómo quiere usted que ahorren con una o dos pesetas de jornal? se atrevió a apuntar la condesa de la Cebal. Perfectamente, condesa. Dos pesetas para un obrero son lo mismo que dos mil para usted. ¿No puede usted separar algo de las dos mil? Pues ellos pueden de igual modo separar algo de las dos. Considere usted que se trata de quince céntimos, de diez ... aunque sean cinco céntimos.

Se podría adornar con ellas un centenar de sombreros de precio. El antiguo obrero «consciente» reaparece á través de esta admiración. ¡Ah, el dinero!... Hasta en la muerte nos separa. ¡Y pensar que cuando yo visito á mi pobrecito hijo sólo puedo llevarle ramos de violetas de á diez céntimos!... Veo á la duquesa al pasar ante la puerta de su camarote.

Si los braceros pedían que les diesen de comer como a seres humanos, que les dejasen fumar un cigarro más en las horas veraniegas de sol abrasador, que les aumentasen los dos reales en unos cuantos céntimos, todos gritaban desde arriba recordando La Mano Negra, afirmando que iba a resucitar.

Algunos de ellos, que casi eran unos niños, llevaban en el bolsillo el cuaderno de ingresos y gastos, apuntando hasta los cinco céntimos de un vaso de agua en una estación. Sólo se trataban con gentes ricas para aceptar sus obsequios, sin ocurrírseles jamás convidar a nadie.

Por un lado la necesidad de seguir siempre adelante, y por otro la falta de novedad, que en España se paga siempre muy cara, le iban privando todos los días de algunos céntimos. Con los que traía para casa al retirarse apenas podía introducir en el estómago algo para no morirse de hambre. Su situación era ya desesperada.

Vuelve a mirarla decía el cazador . Aquí donde la ves, se mantiene con quince céntimos de queso cada dos días. El recuerdo de otra joya que había poseído, el famoso perro Puesto en ama, conmovía al Mosco.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando