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Actualizado: 24 de mayo de 2025


El tan difícil amor furtivo, el amamantamiento en medio de las borrascas, entre la asfixia y el naufragio, los dos grandes actos de la vida convertidos casi en un imposible, haciéndose por medio de un esfuerzo y por voluntad heroicos: ¡qué condiciones de existencia! La madre no tiene nunca más que un pequeñuelo, y es mucho.

Desde Ilo-Ilo hubiera escrito a su madre y ésta no hubiese tenido inconveniente en declarar que su hijo vivía. Encontrándose en presidio, se comprendía que mi orgullosa abuela prefiriese darle por muerto. Con un viaje muy malo, después de siete meses de navegación con temporales y borrascas, llegamos a Cádiz. Llevaba cinco años de mar. Tenía veintiocho. Estaba cansado.

Su profundidad es considerable, pero no excede de 150 metros; y es muy notable por sus frecuentes y violentas borrascas, bastante peligrosas para la navegacion porque son casi siempre repentinas y los puertos carecen de abrigo. De resto, el Canton se extiende sobre las tres cadenas paralelas del Jura, y aunque contiene algunos estrechos valles intermedios es esencialmente montañoso.

La tripulación estaba aniquilada, los marineros trabajaban como febricitantes; yo temía que, de descansar, se apoderara de ellos la atonía y pereciéramos todos en aquellos parajes inhospitalarios. Con tiempos horribles y borrascas salimos de la bahía de Nassau, atravesamos el Estrecho de Le Maire; y en medio de una tormenta de nieve llegamos al puerto Cook de la isla de los Estados.

Ademas, sabíamos que en el lago las borrascas eran casi siempre repentinas y peligrosas para frágiles barcas. Por lo demas, era tal nuestro encanto á la vista de las maravillas naturales que nos rodeaban, que en breve nos faltó tiempo y espíritu para tener miedo.

Salimos de San Vicente, dia de San Juan Bautista, de 1553, y á los catorce dias de mar, agitados de continuas borrascas y vientos contrarios, roto el árbol de la nave, ignorando donde estabamos, entramos en el puerto del Espíritu Santo en el Brasil, poblado de cristianos, que con sus hijos y mugeres labran azucar. Hay algodon, grandes y muchos palos del Brasil y otras mercaderias.

El césped del paseo grande se pone como un ruedo de esparto... no se ve un alma por allí, en las calles no hay más que perros y policías.... Mire usted, prefiero el invierno con todas sus borrascas y su agua eterna... qué yo... a el frío me anima.... En fin, felices ustedes los que se van.... Y don Víctor suspiró otra vez. Voy a llamar a mi mujer. ¿Querrá usted decirla adiós, verdad?

A solas con el dolor, el señor de Elorza sintió más vivo su desconsuelo y más profunda su desgracia. En la juventud apenas hay una que no sea reparable. Las pasiones, los sentimientos son más intensos, pero también más fugaces. Se vive de lo porvenir, y al través de las más negras y furiosas borrascas, nunca deja de lucir algún punto luminoso que nos promete consuelo.

La borrasca se desató con violencia, por fortuna cuando llegábamos a una casa de parada, pero al cabo de veinte minutos se disipó con la misma prontitud. Así son las borrascas en casi todos los lagos y las regiones montañosas de Suiza.

En la otra buhardilla habita solo otro marinero, sesentón, de complexión hercúlea, y un tanto encorvado por los años y las borrascas del mar. Usa un gorro colorado en la cabeza y un vestido casi igual al de su vecino el Tuerto. Tiene las greñas, las patillas y las cejas canas. No de cierto cómo tiene la cara, porque es hombre que la da raras veces, y no he podido vérsela á mi gusto.

Palabra del Dia

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