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Actualizado: 9 de mayo de 2025
Una botella cerrada, un simple tapón flotante, bastarían para sostener todo su cuerpo. Lo esencial era encontrar donde agarrarse. Y de pronto su mano derecha sintió el duro contacto de una madera pulida y firme. Se cogió á ella con la crispación del que va á morir; la oprimió como si pretendiese incrustar sus dedos en la venosa y compacta superficie.
Si todos los esfuerzos de la imaginación no bastarían a representarnos a Cristo de frac, tampoco hay razonamiento que nos pueda convencer de que esta comedia palaciega tiene nada que ver con el Evangelio. Los platos eran tomados en la puerta, de manos de los criados, por las estiradas personas que hacían de camareros en tan piadosa ocasión.
De seguirlo buscando, era preciso recorrer minuciosamente la Navarra entera, para lo que no bastarían dos ni tres años. Pero Dios que lo había dispuesto de otra manera, hizo que cuando había perdido la esperanza de tener noticias del desgraciado Navarro, las tuviese auténticas por un testigo de vista. Loado sea Dios. El Sr.
He nombrado intencionadamente los dos mejores capítulos del libro, los que por sí solos bastarían para labrar la reputación de un artista que no tuviese tan hechas sus pruebas en este género de cuadros.
La mala sopa y el peor cocido con que Doña Antonia de Trastamara y Peransúrez le alimentaba eran tales, que no bastarían para mantener en pie á un cartujo. Y aún así, Doña Antonia de Trastamara y Peransúrez, tan noble de apellido como fea de catadura, solía quejarse de que el huésped no pagaba; horrible acusación que hiela la sangre en las venas, pero que es cierta.
El negro ensueño había durado siglos. Los hombres, renegando de la naturaleza, habían buscado en la privación, en la vida torturada y deforme, en la divinización del dolor, el remedio de sus males, la fraternidad ansiada, creyendo que la esperanza del ciclo y la caridad en la tierra bastarían para la felicidad de los cristianos.
De todos modos, digámoslo con entereza, importaría poco aquel año que el soplo de la primavera corriese ó no corriese por el valle de Laviana. Bastarían los ojos incomparables de Demetria para iluminarlo todo bien claramente; bastaría la risa argentina de Flora para tornarlo alegre y regocijado como ningún otro valle de la tierra. Sin embargo, mucho negro había en el valle de Laviana este año.
Palabra del Dia
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