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Actualizado: 19 de junio de 2025


Los convidados se daban al codo sonriendo, pronunciando entre dientes algún «¡bravo!, ¡muy bien!», al oír que las operarias republicanas de la Fábrica ofrecían aquel ramo a la Asamblea de la Unión del Norte y al Círculo Rojo en prueba de que... y para manifestar cuanto... y como testimonio de que los corazones que latían..., etc.

La eleccion de ministros la hace tambien la asamblea federal: los poderes de los ministros duran seis años, ejercen sus cargos bajo la presidencia del primer ciudadano de la confederacion, presentan sus actos dos veces por año al juicio de la asamblea, y terminados sus poderes, vuelven á su condicion anterior ó son reelegidos si se han hecho dignos.

Pero la imponente ceremonia, el silencio de la ilustre asamblea, la deslumbradora luz que rodea al sultan, le turban en medio de su discurso; desfallece su voz, anúdase su lengua, y cae en tierra sin sentido.

Pero decía: «...Le espero con unos amigos de Palomares que quieren visitar la catedral acompañados de una persona inteligente... etc., etc.». Don Saturno se puso colorado como si estuviera en ridículo delante de una asamblea. Y añadió: ¡Bien sabe Dios que siento la profanación a que se me invita!

Esta asociación accidental de todos los días viene por su repetición a formar una sociedad más estrecha que la de donde partió cada individuo, y en esta asamblea sin objeto público, sin interés social, empiezan a echarse los rudimentos de las reputaciones que más tarde, y andando los años, van a aparecer en la escena política.

Aquella había sido la época romántica de su existencia. ¡Luchar por formas de gobierno!... En el mundo había algo más. Y Salvatierra recordaba su desilusión en la corta República del 73, que nada pudo hacer, ni de nada sirvió. Sus compañeros de la Asamblea, que cada semana tumbaban un gobierno y creaban otro para entretenerse, habían querido hacerle ministro. ¿Ministro él? ¿Y para qué?

Bajo el aspecto político, es Ginebra la verdadera capital federal: cierto es que en Berna reside el gobierno, cierto que allí se reune la Asamblea Federal, pero no lo es ménos que en Berna nada se dice ni discute como en Ginebra: en la ciudad de Calvino la política dramatiza todo, la discusion se mantiene siempre animada.

Entretanto, las otras personas presentes se pusieron a preguntar a Silas Marner dónde, según él, se encontraba el cuchillo; pero no quiso dar otra explicación. Agregó solamente: Estoy cruelmente herido, no puedo decir nada. Dios me justificará. La asamblea, de regreso en la sacristía, deliberó nuevamente.

Distraído siempre el buen señor, trituraba de continuo lo que cogía al alcance de sus dedos de espárrago, y a estos destrozos sin cuento de muebles y cachivaches debía el apodo de el Ciclón Literario. Riéronse todos; y la salida del académico, que no era otra sino el informe de Guillotín a la Asamblea francesa sobre su terrible invento, vino a aclarar algo la sombría atmósfera.

Y aquellas discusiones provocaban otras parecidas en son de represalias; y siempre acusando los unos y respondiendo los otros «más eres », llegaba a dudar don Simón si aquello era el patio de un correccional, o, como se le aseguraba, una respetable Asamblea de legisladores.

Palabra del Dia

vorsado

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