Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de noviembre de 2025


Doña Ana se arroja silenciosa y traspasada de dolor sobre el cadáver despedazado de su caro D. Juan, y se aleja, al fin, desesperada para buscar la muerte en las desiertas montañas.

Cada palabra, cada gesto, cada acción de esta preciosa mujercita, en la libertad de que goza, son otros tantos resplandores que arroja su alma inquieta, noblemente ambiciosa, ávida de mostrarse en los afectos grandes y en las virtudes superiores. Ya está. Creo haber obtenido la cifra exacta. GIL. , señor... se distrae uno fácilmente pensando en...

Pablo vacila un instante en sus malos propósitos, pero incurre pronto de nuevo en su falta anterior de confianza en el Supremo Juez. Enrico, mientras tanto, perseguido por la justicia á causa de sus crímenes, se arroja á la mar por escapar de sus ministros. Las revueltas olas se lo llevan milagrosamente y lo depositan en la costa, teatro de las fechorías de Pablo.

Aparece, en cambio, la evidencia moral y consoladora de no empecer á la execración perpetua del mayor de los crímenes la compasión del delincuente, y de cumplirse en todos los tiempos la sentencia que la pluma del Peregrino mismo dejó escrita. El traidor es limón que, una vez exprimido, se arroja.

Cerca ya del fin, el espíritu de D. José volvió a relampaguear, diciendo con expresión enamorada y caballeresca: «La amé y la serví... Fui su paladín... Mas ved aquí que la ingrata abandona la real morada y se arroja a las calles. Vasallos, esclavos, recogedla, respetad sus nobles hechizos. Tan celestial criatura es para reyes, no para vosotros.

Muéstrase entonces Sila, hija del tirano derrocado, en lo alto de la torre: Orodante le declara su amor desde abajo, y ella le invita á subir; mas apenas le obedece y llega arriba, cuando se precipita sobre él, puñal en mano; le atraviesa el corazón, y se arroja desde la torre.

El descalabro de su fortuna le ha impedido ir más adelante. Es bien lamentable que después de una revolución, las familias que han corrido los mismos peligros, los parientes, los vecinos, los amigos, heridos por una misma desgracia, no imiten a los náufragos que la tempestad arroja a una isla desierta y no reunan todo lo que poseen. ¡Qué necesidad tenía yo de quedar tan rico!

Quiroga, durante su residencia en Buenos Aires, hace algunos ensayos de su poder personal. Un hombre con cuchillo en mano no quería entregarse a un sereno. Acierta a pasar Quiroga por el lugar de la escena, embozado en su poncho como siempre; párase a ver, y súbitamente arroja el poncho, lo abraza e inmoviliza.

Después se levanta con desesperación y principia otra vez la caminata insegura á través de las nubes de cristales que el viento le arroja á la cara. Las ráfagas acercan y aproximan el horizonte alternativamente.

Tanto valdría que un bárbaro escupiese al Apolo Délfico o que un judío cometiese irreverencia ante Jesús Sacramentado. Don Juan se arroja, o cree arrojarse, sobre el marido, y ofendiéndole de palabra, le sujeta, le zarandea y le sacude... Suena una bofetada.

Palabra del Dia

vengado

Otros Mirando