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Actualizado: 11 de julio de 2025


En un instante alcancé la calle de Argote de Molina. Al divisar la casa de Gloria vi que un coche, parado delante de ella, arrancaba hacia abajo, y que don Oscar, a la puerta, gesticulaba violentamente haciendo señas al cochero. No me cupo duda alguna de que dentro del coche iba Gloria prisionera. Lanceme a toda carrera de mis piernas en su seguimiento.

En aquella calle, en una casa chata y vieja, vivía la señora María Suárez, honrada esposa del escudero Melchor Argote, y honrada amiga del prendero Gabriel Cornejo. Cuando Montiño llegó, encontró á la señora María fregoteando, como la mujer más hacendosa del mundo, en la cocina. Buenos días, buenos días, señora dijo el cocinero ; ¿y cómo va por acá? ¡Ah! ¿sois vos, señor Francisco? dijo la vieja.

Acepté con júbilo, porque sabía que íbamos a hablar de lo que más me interesaba. Pero antes de ir a su casa di más de treinta vueltas aquella mañana por la calle de Argote de Molina, donde Gloria vivía. Esta calle, una de las más originales e interesantes de Sevilla, va desde la de Conteros a la iglesia de San Alberto.

Y cuando daba vueltas á su imaginación, se acordó de la señora María Suárez, la insigne esposa del bravo escudero Melchor Argote. ¡Ah! dijo el joven la casa donde dormí anteanoche... paréceme aquella mujer á propósito para cualquier cosa. ¿Pero podré yo dar con la casa?... Y se puso en busca, y al fin, como la suerte le protegía, pudo reconocer la calle y la casa á las pocas vueltas.

Que la colección de objetos naturales traidos de América, formada por Monardes, llegó efectivamente á constituir un notable museo, lo prueba la circunstancia de que se cita por todas las personas dedicadas á estos estudios, y es, según el referido Beckman uno de los más antiguos que han existido refiriéndose al año 1554, y aunque los indicados Argote de Molina y Rodrigo Zamorano se ocuparon en Sevilla en reunir substancias de esta índole, no llegaron estas colecciones á igualar á la de Monardes, ni en el número de ejemplares, ni tampoco en las condiciones especialísimas de los mismos, dignas de ser tenidas muy en cuenta por lo conveniente para el estudio, en todos conceptos, así como por el valor científico, importancia y criterio en la elección de los objetos coleccionados, que superaba á todos.

Palabra del Dia

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