Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de junio de 2025


Desgraciadamente, era muy pobre, éranlo igualmente sus feligreses y mi tía que era la única que le hubiera podido ayudar, no respondía a sus tímidas insinuaciones; a más de ser sórdidamente avara cuando se trataba de dar, no profesaba la menor consideración por los antojos de su prójimo. A fuerza de economías, encontrose al fin el cura con doscientos francos en su poder.

Pepe entró en caja, siendo destinado a un regimiento; pero las recomendaciones buscadas por Millán fueron tan eficaces que, merced a ellas, pudo hacerse a favor de su amigo una de esas combinaciones en que la interpretación de las leyes se amolda a los antojos de la influencia.

Desde el día en que su madrina ordenó que le cortasen el pelo, Josefina pudo notar que había caído en desgracia. Ya no la besaban con trasporte, ya no satisfacían sus mínimos antojos, ya no era la preocupación constante de la casa. Amalia comenzó a contrariarla, a usar con ella un tono frío y displicente; y las criadas siguieron el ejemplo de su señora.

Un arzobispo, para poner coto al abuso y sin atreverse a romper abiertamente con la costumbre, dispuso que las antojadizas limeñas recabasen la licencia, no de la autoridad conventual, sino de la curia; pero como había que gastar en una hoja de papel sellado, y firmar solicitud, y volver al siguiente día por el decreto, empezaron a disminuir los antojos.

Noto, le dije, al par que caminábamos hácia la Concordia, que la arqueología de usted tiene instintos atroces. Seria menester, amigo mio, que diese usted más humanidad á sus caballerescos antojos. No son antojos caballerescos; son quimeras artísticas. Pues seria menester que tuviese usted quimeras artísticas más amables.

Iba pasando con los dedos las hojas de un libro, puesta en ellas la vista descuidadamente, como si el pensamiento y la voluntad estuvieran muy lejos de aquellas páginas, que no bastaban a detener el vuelo caprichoso de sus antojos femeniles. En sus hechiceras facciones empezaba a desaparecer la frescura que es el aliento misterioso de la vida.

3 Porque me enojé contra los locos, viendo la paz de los impíos. 6 Por tanto, la soberbia los corona; se cubren de vestido de violencia. 7 Sus ojos están salidos de gruesos; logran con creces los antojos del corazón. 9 Ponen contra el cielo su boca, y su lengua pasea la tierra. 10 Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.

Recuerdo como pronunciadas las palabras que soñé para dichas por ella junto a mi oído; la imaginación se finge las amorosas respuestas, la memoria quiere engañarse a sabiendas, y los antojos de la fantasía se confunden con las reminiscencias de la realidad.... Ya no tendré estímulo para el bien, ni energía contra el mal.

Matalinares sostuvo que no por el peligro del feto, sino por corruptelas y consideraciones de conveniencia o por privilegios apostólicos para determinadas personas de distinción, se había tolerado la entrada de mujeres en clausura de regulares, y que eso de los antojos era grilla y preocupación.

Porque resultaba que aquellos antojos insaciables y aquel atrevimiento inconcebible en la, poco antes, tan modesta, comedida y respetuosa muchacha, dimanaban de un «qué yo de mal aquél», a modo de maleficio, y que «la jalaba, la jalaba» contra su gusto hacia las baratijas de la tienda, y muy particularmente hacia los donaires del baratijero.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando