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Actualizado: 8 de mayo de 2025
El Congreso constituyente del Perú se habia reunido, con antelacion á los hechos últimamente citados, el 1° de Mayo, y declaró que la Constitucion jurada en 9 de Diciembre del año anterior era nula y sin ningun efecto, por haber sido sancionada de un modo ilegal y atentatoria á la soberania del pueblo; restableciendo provisionalmente en su fuerza y vigor, con supresion de algunos capitulos, interin el Cuerpo Legislativo se ocupaba de formar otra nueva, la admitida y votada en 1823.
Necesitaba mi emoción como un aplauso. Empecé á pensar en el ingeniero, luego en Olga, y fuí adivinando todos los actos de mi protector con algunos minutos de antelación. Casi fué un deporte agradable para mí ver cómo la realidad se iba plegando á mis inducciones. El automóvil abandonó las calles iluminadas, como yo había previsto.
Por parte de Diego Velázquez se me ha representado que ha más de dos años que sirve en las obras de Palacio, sin que en este tiempo se le haya pagado nada del salario que le he mandado señalar, y porque mi voluntad es que haya puntualidad en socorrerle con lo que hubiese de haber, os encargo le hagáis dar satisfacción pronta de lo que constare debérsele, y que dispongáis que en la paga de lo de adelante, se le guarde el lugar y antelación que le toca.
Porque no era el traspunte vulgar que con cinco minutos de antelación recorre los cuartos de los actores gritando: «Don José; va V. a salir Señorita Clotilde; cuando V. guste». Ni por pienso: Antoñico tenía en su cabeza todos los pormenores indispensables para el buen orden de la representación; dirigía la tramoya con una precisión admirable, daba oportunos consejos al mueblista, hacía bajar el telón sin retrasarse ni adelantarse jamás; cuando había necesidad de sonar cascabeles para imitar el ruido de un coche, él los sonaba; si de tocar un pito, él lo tocaba, y hasta redoblaba el tambor con asombrosa destreza apagando el ruido para hacer creer al espectador que la tropa se iba alejando.
La vida del campo, en sus formas genuinamente camperas, había contribuido a culminar un proceso de decaimiento moral que se había iniciado sutilmente en Melchor, con alguna antelación a su viaje a la estancia; pero que no había pasado inadvertido para el espíritu de su madre cuando le decía: «tienes deberes a que «antes» no habrías faltado», y la libertad absoluta de que gozaba en la estancia; las influencias circundantes, en el estímulo de los ejemplos que le rodeaban; la avidez de energías físicas, equiparables a la del peón o del toro y que se adueñó de su espíritu en cuanto lo encontró desprevenido o débil; la distancia interpuesta entre sus jueces y sus actos; las mismas resistencias subalternas con que solía chocar, todo propendía a acelerar la caída y más de una vez mientras Ricardo ejecutaba en el piano una sonata de Beethoven, Melchor en la caballeriza, punteaba una milonga en la guitarra mugrienta de algún peón.
Palabra del Dia
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