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Actualizado: 21 de julio de 2025
La amistad que unía á Schack con el embajador inglés Sir Edmundo Lyons, que puso un vapor inglés á disposición del príncipe de Hohenlohe, contribuyó poderosamente á amenizar una excursión muy agradable que hizo á la Tierra Santa y á Egipto.
En poco tiempo su amistad y su influencia con el Duque crecieron de tal modo, que pudieron ser notadas, no sólo de los habitantes de la casa, sino también de muchas personas de fuera. Don Jaime la iba a esperar al baño muchos días y la acompañaba hasta casa atravesando la villa por el medio, excitando poderosamente la curiosidad pública.
Lo mejor que pude hacer es lo que he hecho, quedarme aquí para siempre. De este modo confió doña Luz todos sus secretos a la hija del médico. La amistad de ambas jóvenes se estrechó desde entonces, y en adelante todo se lo confiaron. El casamiento de doña Manolita se hizo por la posta. Un mes después de haber dado parte a su amiga estaba ya casada.
Y el abogado defensor, es decir, Jacintito, impugnó la sentencia, declarándola improcedente, porque no había motivo para dictarla, e inicua, porque era la sanción de odios que los años debían haber apagado. En cuanto a la amistad del primo, demostró el propósito de perseverar en ella... porque no le quitaba a él ningún pedazo, ni le haría perder casamiento, como aseguraba su madre.
En cuanto á mí, aun siendo tan niña, soy una miserable pecadora, y bastante tarea tengo con llorar mis locuras y apaciguar la tempestad de encontrados sentimientos que me destrozan el pecho. Dame la última y mayor prueba de amistad. Persuade á D. Carlos de que no le amo. Díle que se vuelva á Sevilla y me deje.
Cobrábale una comisión insignificante, y se tomaba por los asuntos de ella tanto interés como por los propios, en razón a la gran amistad que había tenido con el difunto Jáuregui. «Y con esta fecha y con esta facha me voy» dijo levantándose y colgándose la capa que se le caía del hombro izquierdo. ¿Tan pronto? Señora, que no he oído misa.
A la banda de babor teníamos las costas de Cavite. ¡Cuánto recuerdo tiene para nosotros Cavite! Le queremos cual si fuera el pueblo que nos vió nacer; entre su alegre bullicio pasamos muchos meses encontrando cariño, consuelo y amistad.
Como sólo se trataba de un armisticio, celebrado con infusión de la China, no asistieron más que Petrona y la viuda de Esquilón; esta última en calidad de intermediaria para entregarnos, en medio de la infusión, a la efusión del primer abrazo reconciliatorio. Roto el hielo y reanudada la amistad, charlamos mucho.
La cuarta señora era la generala viuda de Pillote. Tendría cincuenta años, pero a media luz representaba treinta y cinco; estaba hacía tiempo en relaciones con otro general a quien el difunto legó sus placas en prueba de buena amistad; se dedicaba mucho a las cosas de iglesia, bacía novenas, y creyendo que esto no podía ya ponerla en ridículo, vestía imágenes.
Pasa un año: la separación fue sin decirse «hasta la vista»: se produce un reencuentro inesperado: y durante ese tiempo la amistad ha hecho en nosotros tales progresos que todas las barreras han caído, todas las precauciones han desaparecido.
Palabra del Dia
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