Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de noviembre de 2025
Llora si quieres; pero no como lloran las mujeres, lágrimas de dolor, llanto sublime que al correr de los ojos nos redime; llora como el león enfurecido que mezcla a los sollozos el rugido; llora al romperse el nacional poema, mientras entonas funerario canto, poniendo en los raudales de tu llanto lágrimas de plegaria y de anatema. .................................. Esa enemiga raza americana te debe su existencia; de tu inmenso valor y de tu ciencia por ella hiciste espléndido derroche, y apareció en la luz de la mañana de entre las sombras de la obscura noche.
Ningun punto me ofrecia á este respecto tantas garantías como las antiguas misiones de los Jesuitas, comprendidas en las provincias de Chiquitos y de Moxos, en donde una poblacion puramente americana se halla sometida á la república; he querido por lo tanto hacer de estas dos provincias el centro de mis observaciones especiales sobre los movimientos de la poblacion, así como sobre todo lo concerniente á la estadística de los aborígenes.
La suma de $2,000,000, que anualmente se obtiene de ella, será notablemente aumentada con la de los grandes aserraderos instalados hace poco, los cuales están provistos de la más moderna maquinaria americana. En estos aserraderos se está elaborando pino de Paraná y embarcando su producto para los otros lugares del país y la Argentina.
Un botánico atacado del delirio de las clasificaciones no hubiera coleccionado con tanto afán como ella todas las flores bonitas que le salían al paso, dándole la bienvenida desde el suelo con sus carillas de fiesta. Con lo recolectado en media hora adornó todos los ojales de la americana de su primo, los cabellos de la Nela, y por último, sus propios cabellos.
Fermín hizo un gesto que invitaba a la confianza. Con franqueza, don Ramón, ¿en quién cree usted más? ¿en la vid americana, o en las bendiciones que ese padre les echará a las cepas?... Don Ramón miró fijamente al joven como si quisiera verse en sus pupilas. ¡Muchachito! ¡muchachito! dijo con tono severo.
El duque se dejaba venerar observándolos con mirada más socarrona que enternecida. Cuando volvían la espalda para irse, seguíalos con los ojos, bajaba los párpados lentamente, revolvía entre los labios la breva americana y se iba bosquejando en su rostro una sonrisa burlona que duraba todavía algunos segundos después de perderlos de vista. Las cosas siguieron en el estado de antes.
Entonces continuó seré un millonario á la americana ¿Quién sabe hasta dónde puede llegar mi fortuna?... Una legua de tierra regada vale millones... y yo tengo varias leguas.
La señora de Aymaret, a quien la joven americana inspiraba también decidida simpatía, solía acompañarla cuando su padre no podía hacerlo.
Basilio temiendo fuese descubierto tomó una resolucion súbita, se levantó de su asiento y con la voz más natural, ¿Le puedo ayudar, señor...? preguntó saliendo de su escondite. Simoun se enderezó y dió un salto como un tigre atacado infraganti, se llevó la mano al bolsillo de su americana y miró al estudiante pálido y sombrío.
La necesidad de distraerse le hizo rebuscar en el bolsillo interior de su americana, sacando junto con la cartera un sobrecito que despedía suave e intenso perfume.
Palabra del Dia
Otros Mirando