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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Añade que él fué el que indicó, ó más bien el primero que sacó á la escena los pensamientos y afectos más ocultos del alma, llevando al teatro personajes alegóricos con aplauso y general alegría de los espectadores, y que escribió en este período sobre veinte ó treinta comedias, que fueron representadas sin el acompañamiento de cohombros y otros frutos arrojadizos de la misma especie, pasando sin silbidos, gritos ni alborotos.
Los primeros rindiendo culto á la piedad, ora acudían á las enseñanzas de los Sagrados Libros, ora á procurar la corrección de costumbres, ofreciendo al pueblo por medio de alegóricos asuntos las funestas consecuencias del vicio y los galardones reservados á la virtud.
Si bien es verdad que hemos de familiarizarnos con las abstracciones de la razón y con conceptos generales metafísicos, no por eso deja de maravillarnos y de compensar nuestro trabajo, la fuerza creadora que infunde todos los rasgos personales y la vida individual en cosas no reales, no siendo menos sorprendente el arte, que se ostenta en la composición dramática en el terreno de lo sobrenatural, y con personajes alegóricos y simbólicos logra producir una fábula ó acción, estrechamente enlazada en su conjunto, que no sólo mueve nuestro interés, sino que hasta excita y satisface nuestra curiosidad.
El poeta aparece primero, y ruega que se le disimulen los defectos de su obra, en atención á la calentura que lo agobiaba al componerla; y después el Tiempo, el Mundo y otros seres alegóricos, desean todo linaje de felicidades á los augustos desposados. En otra se muestra la Estrella matutina, con séquito de pastores y labradores, para felicitar á la reina por su parto.
Entró en ella, y á los pocos pasos vió una puerta, á cuyos lados había pintados racimos alegóricos y unas botellas que indicaban muy claro que aquello era taberna. "Aquí es", dijo, y se acercó. La puerta estaba abierta, y dentro había dos mujeres y un hombre. Preguntó si vivía allí un tal Pascual, tabernero, casado con una tal Pascuala. Aquí no hay nengún Pascual dijo una de las mujeres.
Llénase este fin de mil modos diversos, empleando las combinaciones é imágenes más variadas, maravillándonos la rica inventiva con que el poeta evita la uniformidad, y nos ofrece el mismo tema bajo de infinitas formas nuevas. Tan variamente diversos, como las combinaciones de la acción, son los personajes alegóricos de los autos.
Veíanse allí el Mundo, la Prudencia, la Vigilancia, la Razón, la Verdad, la Constancia, la Clemencia, la Fuerza, la Paz, la Religión y otros muchos personajes alegóricos . Los mismos Anales hacen también mención, en el año de 1532, de los autos sacramentales, que se acostumbraba representar en Sevilla en la fiesta de Navidad.
Luz era la flor; el amor de Ángel, es decir, Ángel entero y verdadero, el sol que la esponjaba; y el ambiente y la luz, los cuadros de humana realidad con que él iba despertando a la cándida soñadora de paraísos alegóricos.
Así es conocido, más que por su verdadero nombre de Juan de Padilla, el poeta sevillano, autor de El Retablo de Cristo y Los doce triunfos de los doce apóstoles, los dos poemas alegóricos más importantes que produjo la lengua castellana en los fines del siglo XV y principios del XVI.
En el período de que tratamos, y, según se presume, desde la mitad del siglo XVI, se restringió aún más su significación, limitándose exclusivamente á las que habían de representarse en las solemnidades religiosas, y comprendiendo, con leves excepciones, asuntos alegóricos menos extensos que las comedias . Conviene, sin embargo, no confundir ambas especies, cosa, por lo demás, fácil, por cuanto en las antiguas impresiones se titulan á veces autos á las comedias . Dividíanse los autos en: a.
Palabra del Dia
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