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Actualizado: 15 de junio de 2025
Mas de l.000 republicanos quedaron sobre el campo de batalla, muchos de ellos asesinados despues de haber sido hechos prisioneros. El coronel Aldao y el comandante Freites fueron muertos en la accion; y entre los prisioneros el coronel Jalon, cangeado hacia algun tiempo por el teniente coronel Marimon. Tambien pereció en este aciago dia el secretario de Estado Antonio Muñoz y Tévar.
Este día es también uno de los nefastos de las ciudades pastoras, día aciago que al fin llega. Este día corresponde en la historia de Buenos Aires al de abril de 1835, en que su comandante de campaña, su héroe del desierto, se apodera de la ciudad.
De nuestras pobres naves se mofaron; su aciago fin unánimes previeron... Y pronto todos por seguro dieron el desastre español que presagiaron. ¿Cómo luchar con tan maldita estrella y hacer que la bandera se salvara? Sólo hubo un medio: el de morir con ella. Y antes que el enemigo lo pensara... ...¡rompió el pobre almirante "la botella..." ¡y se tiró los vidrios a la cara!! Madrid, Mayo, 1898.
Era la lágrima que vierten los que acaban de morir; lágrima de protesta de la criatura contra el poder aciago que la ha sacado de la nada sin pedírselo. ¡Mire usted, padre, qué sosiego, qué quietud tan dulce respira su fisonomía! exclamó la buena señora, contemplando a su hermano con ojos de dolor y ternura. ¡Bien se conoce que al fin se ha reconciliado con Dios!
En el mismo aciago año de los tres sietes nos envió la corte al consejero de Indias don José de Areche, con el título de superintendente y visitador general de la real Hacienda, y revestido de facultades omnímodas tales, que hacían casi irrisoria la autoridad del virrey. La verdadera misión del enviado regio era la de exprimir la naranja hasta dejarla sin jugo.
cuando de Bretaña vino. Cuando Sancho Panza oyó decir esto a su amo, pensó perder el juicio, o morirse de risa; que, como él sabía la verdad del fingido encanto de Dulcinea, de quien él había sido el encantador y el levantador de tal testimonio, acabó de conocer indubitablemente que su señor estaba fuera de juicio y loco de todo punto; y así, le dijo: -En mala coyuntura y en peor sazón y en aciago día bajó vuestra merced, caro patrón mío, al otro mundo, y en mal punto se encontró con el señor Montesinos, que tal nos le ha vuelto.
Ten cuidado con lo que haces prosiguió, clavando en él sus ojos siniestros, porque una traición pudiera salirte cara. Estaba tan acostumbrado al dominio de aquella terrible mujer, que sintió un estremecimiento de frío, como si algo aciago se cerniese ya sobre su cabeza.
Llegóse, en fin, el día de su partida, tan alegre para don Quijote como triste y aciago para Sancho Panza, que se hallaba muy bien con la abundancia de la casa de don Diego, y rehusaba de volver a la hambre que se usa en las florestas, despoblados, y a la estrecheza de sus mal proveídas alforjas.
Despidiéronse las gitanas, y al irse dijo Preciosa a don Juan: Mire, señor: cualquiera día desta semana es próspero para partidas, y ninguno es aciago; apresure el irse lo más presto que pudiere; que le aguarda una vida ancha, libre y muy gustosa, si quiere acomodarse a ella.
Palabra del Dia
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