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Actualizado: 3 de noviembre de 2025


Recordó á la princesa Lubimoff y sus extravagantes creencias en el misterio; á la misma madre de Alicia con sus manías devotas. Resultaría inútil cuanto intentase decir. Aquella certidumbre absurda y dolorosa se abría entre los dos como una profundidad que sólo el tiempo podría rellenar.

En otras circunstancias, Raimundo, que ya no tenía más vínculo en España que su hermana, quizá se hubiera decidido a emigrar con ella. Más ahora, enloquecido por el amor, encontró tan absurda la proposición que no pudo menos de sonreír con cierta lástima al rechazarla cortésmente, como si fuese un millonario o un hombre colocado en la cima de la sociedad española.

Fué muy errada y absurda la política de los primeros pobladores, en pretender hacer conquistas con las bayonetas, privando

Pero hacía una tan hermosa tarde de primavera, que la idea de morir le pareció absurda, verdaderamente absurda. Miró al Chucro y vio que no le sacaba los ojos, siempre con la carabina cargada en la mano... «Si intento escaparme agregose Peñálvez, me fulmina de un tiro, con su excelente puntería de cazador profesional. A no ser que me ayude la Pepa, no podré huir de la isla...»

Adivinó Ferragut que todo lo dicho era para llegar á este ruego final. La inesperada demanda le produjo una impresión de asombro y escándalo. ¿Huir con ella, que tanto daño le había causado?... ¿Unir otra vez su vida á la suya, conociéndola como la conocía?... Era tan absurda la proposición, que el capitán sonrió de un modo lúgubre.

Al fin acabó por irritarse contra él mismo, á causa de la semejanza absurda que había descubierto sin motivo alguno. ¿Cómo podía ser Freya esta inglesa que iba con dos oficiales?... ¿Cómo la alemana refugiada en Barcelona podía deslizarse en Francia, donde indudablemente era conocida de la policía militar?... Aún le irritó más la sospecha de que este parecido fuese un resto del antiguo amor, que le hacía ver á Freya en toda mujer rubia.

Después recordó todos sus razonamientos y sus recriminaciones, asombrándose del poco efecto que causaban en ella. Era indudablemente otra mujer. Alguien la había cambiado; alguien era el culpable de esta absurda situación. Gran parte de aquella noche la pasó reflexionando. No se le ocurría censurar á Alicia. Hasta se arrepintió de sus palabras agresivas. ¡Infeliz!

Clarence King tiene razón; que los españoles no sabemos gobernarnos; que nuestra administración es absurda y corrompida.

Tal vez estaría dispuesta, por un arranque de bondad absurda, a dejarme el campo libre. Ojalá la hubieras visto hace un rato, después que me sacó de allí con tanto misterio, cuando me preguntó confidencialmente si yo lo quería a Julio. Se puso blanca como un papel. Calló repentinamente y en seguida empezó a reír, a reír de veras. ¡Cómo estás colorada! observó Camucha.

La absurda inteligencia de la poética de Aristóteles, y la crítica, tan absurda como ella, de la poesía romántica con sujeción á reglas, inaplicables á la misma por completo, es tan antigua como la literatura moderna.

Palabra del Dia

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