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Conviene marcar las épocas. El estilo severo de los Herreras y de los Moras persevera sin contagio hasta la segunda década del siglo XVII, en que el Bernino y el Maderno hallan imitadores entre los españoles, estimulados quizá de la proteccion concedida á Crescencio por el poderoso duque de Olivares.

El destino hace entonces que el hermano de Isabel sea también cautivo en África, pero éste es un modelo de virtud y de piedad, como la hermana de lo contrario; primero sufre todos los males de la esclavitud con incansable paciencia, y persevera con tal constancia en su fe, que está dispuesto á sufrir por ella el martirio.

Porque Obdulia, llena de vergüenza, como si se acusara de un pecado grave, temblando de emoción, le había confesado que de vez en cuando experimentaba desmayos hallándose en oración, caía al suelo repentinamente, y en los breves momentos en que permanecía sin sentido, veía unas veces a Jesús entre nubes rodeado de ángeles, escuchaba una música divina, embriagadora; otras veces notaba que un ángel grande, fuerte, hermoso, con dos alas inmensas y trasparentes, se acercaba a ella y le ponía con dulzura la mano en la cabeza, diciéndole: «Perseveraotras, las más, percibía solamente una gran claridad, que la bañaba toda de placer, sin ver a nadie; pero se sentía acompañada como si todos los santos y santas del cielo vagasen invisibles a su alrededor.

Y cuando hayamos ensamblado y considerado todos estos motivos de ruina que han convergido sobre este pueblo, como sobre infinidad de tantos otros, todavía habremos de juntar a ellos, como calamidad suprema, otra poderosísima que inaugura la Casa de Austria, con Felipe II, y persevera con intensidad ascensional hasta estos tiempos. Hablo de la burocracia y del expediente.

Oye un día una voz celestial, acompañada de melodiosa música, que la reconviene por sus excesos. Síguese á esta exhortación dos apariciones, mostrándole una el fin horrible que la aguarda si persevera en la senda del pecado, y la otra la corona inmortal que ha de ceñir las sienes de la pecadora arrepentida.

17 No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes [persevera] en el temor del SE