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El resultado de la información hecha por este distinguido General, fué disponer un aumento considerable en la consignación que para los gastos de esta isla se incluía en el presupuesto, y venir en conocimiento de que «el sistema de pasividad que se venía observando en Mindanao era el menos á propósito para adelantar en la importante empresa de su gradual ocupación y dominio; que lejos de eso, no haciendo nada en el terreno material, entendía que se había perdido y se siguió perdiendo su autoridad moral, lo que merced al sistema de contemporización ganaban en confianza de su propia fuerza y poder las razas no sometidas, y era de parecer que se debía iniciar un período de actividad sin comprometerse en grandes y costosas operaciones».

Vendría la deseada... «la nuestra»; y entonces, o no había justicia ni vergüenza, o don Cristóbal sería ministro del primer gobierno que se formase. Pero el aludido rechazaba este honor con sonriente modestia. Maltrana, para animarle, se incluía en el triunfo. El también sería algo, ¡qué demonio!... Se contentaba con una dictadura sobre la instrucción pública, para desasnar el país a palos.

El buen señor, al sentir ciertos desfallecimientos del estómago, incluía generosamente en su necesidad a todos los muchachos. Unas veces era carnero con judías, guisado en la taberna cercana; otras, una cazuela enorme de bacalao con patatas, que a Maltrana le parecía esplendorosa como un astro entre las nubes de periódicos que llenaban la mesa y bajo la fría luz de las bombillas eléctricas.

Como lo incluía en el número de sus «queridos amigos», estaba bien enterado de que marchaba por segunda vez a Buenos Aires, donde ejercía pequeñas industrias.

La regla general, no obstante, era que solo se adornasen con obras artísticas la semi-cúpula del ábside, el presbiterio con los objetos que incluía, como el altar y el tabernáculo, y el coro ó escuela de los cantores. Tambien la pila bautismal solia decorarse con bajo-relieves y pinturas.

Bastaba la visión de una carne desconocida, una sonrisa, una ojeada, para que diese al olvido juramentos y compromisos. Se insultaba fríamente, y para aminorar su culpa, incluía en esta vergüenza a todos sus semejantes. «Nos consideramos muy hombres, y tenemos un alma de cortesana.