United States or Timor-Leste ? Vote for the TOP Country of the Week !


La niebla tomaba en torno vago irisamiento, cual si el amanecer encendiera su primer rubor en el naciente. No se escuchaba rumor alguno. Avila dormía. La esquila de algún convento dio un toque tímido, quedo, necesario. El canónigo aspiraba con delicia un olor de piedra húmeda y de hierbas invisibles que sus pies hollaban al caminar.

»Díjele que se pasara muy pronto por la mía, donde era más necesario que en ninguna otra, y nos separamos despidiéndonos «hasta luego». »¡Guzmán!..., la única criatura de cuantas hollaban la tierra, que me parecía más criminal que yo!, ¡el hombre que merecía, en buena ley, que llovieran sobre él solo todas las amarguras que habían entristecido mi hogar!

Delante del «paso» iba un mocetón vestido con túnica morada y coronado de espinas. Sus pies hollaban descalzos las azuladas piedras de las callejuelas. Marchaba encorvado bajo la pesadumbre de una cruz dos veces más grande que él, y cuando tras larga detención reanudaba el paso, las buenas almas ayudábanle a tirar de su carga.

Yo te las primicias de mi lira Y al entregar el alma á su Criador, Tu nombre ¡oh patria! con mi acento espira! Por tanto amor una lágrima ¡Adios! Cuando los reyes en su triunfo impío Tu cuerpo hollaban con su carro atroz, Hijo constante en tu dolor sombrío, Yo te brindaba el bálsamo de amor.

Sus pies, calzados de alpargatas, hollaban la grava, en la que se perdían los últimos estremecimientos del mar.