United States or Norway ? Vote for the TOP Country of the Week !


En este año de 1908 produjo la cosecha de estos pequeños criadores y la de la Escuela, más de cuarenta arrobas de capullos de seda, y en el año actual ha pasado de cien arrobas, que si bien esto no es nada comparado con la producción en los siglos en que floreció esta industria, si sigue aumentando en la proporción que estos dos años, á la vuelta de quince ó veinte años tendremos la industria á la altura de su mayor apogeo.

Bajo la presidencia de un delegado de la Junta Diocesana de Acción Social, se reunieron, el día 8 de los corrientes, les criadores del gusano productor de la seda en esta capital, para constituirse en gremio.

Parece que por las entrañas de la tierra circula una fuente abundosa de actividad que fecunda los gérmenes depositados en ella y prestos á salir. Hay como una concentración de fuerzas en la naturaleza y un prurito irresistible de crear. Por eso la gente del país llama con notable exactitud á estos días criadores. Nuestro cuerpo sufre la misma influencia.

Estos nuevos criadores, recelosos en un principio, fueron los mejores propagandistas después por su feliz resultado, guardándose sus ganancias, que fué el producto total de la cosecha, que ascendió, según los casos, á veinte, treinta, cuarenta y hasta cincuenta duros, despertando gran interés en la clase pobre, que al año siguiente solicitó, en su mayoría dedicarse á la industria.

Una sola dificultad se le ocurrió al sacerdote á que nos referimos en estas líneas; ¿quién había de educar y formar á los nuevos criadores, que no tenían noticia alguna de esta industria? Duda que fué resuelta en el acto por dicho Sr.

Pronto llegó la época de una nueva exposición rural, y me vine a Buenos-Aires, con tan notables ejemplares lanares y bovinos, que creí seguro esta vez sacar los primeros premios. Olvidaba que había más de un centenar de criadores no menos «seguros» que yo... Mas esto no nos interesa. ¡Lo que interesa a mi caso es lo que me ocurrió en el club!

Un orgullo tan legítimo como el de los criadores de caballos de carreras, hermosos e inútiles, que no sirven para arar un campo ni pueden tirar de un carretón, pero corren y corren sin objeto entre los entusiasmados epilépticos de la multitud... Además, Fernando, amo el dinero por ser dinero con un respeto casi religioso.