United States or Laos ? Vote for the TOP Country of the Week !


» Ya para qué te ha llamado: para decirte lo mismo que le dijo ayer a papá a quien vio en palacio: que debías partir en seguida. » ¡Magdalena! ¡amada mía! exclamé. ¡Te juro que estoy dispuesto a renunciar a esta comisión y aun a mi propia carrera, si es preciso, antes que abandonarte! » ¿Qué dices, Amaury? replicó Magdalena, con viveza. ¡Eso es una locura!

Ya se que afirmas que no sabes cómo el ciego impulso de mis potros domo; pero perdona si a mi vez te arguyo. Que este mi amor es impetuosa fiera que sólo una mujer domar pudiera con un mirar celeste como el tuyo. Antes de abandonarte, ciudad maravillosa, que ungiste de alegrías mi peregrinación, quiero dejar prendida en tu escudo una rosa, que yo he santificado ante el altar de Otón.

Estoy convencida de que no volveré a hallar jamás hombre tan guapo como y que me pete tanto, aunque, como el Infante don Pedro de Portugal, recorra yo en su busca las siete partidas del mundo. Y, sin embargo, tengo que abandonarte. Donna Olimpia lo quiere. Seguirla es para deber ineludible.

Temblorosa llegó a la calle Imperial, y habiendo mandado al moro que se arrimara a la pared y la esperase allí, mientras ella subía y se enteraba de si podía o no alojarle en la que fue su casa, le dijo Almudena: «No bandonar , amri. ¿Pero estás loco? ¿Abandonarte yo ahora que estás malito, y los dos andamos tan de capa caída? No pienses tal desatino, y aguárdame.