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Al principio del siglo siguiente, Kepler y Galileo empezaron a extender los soñados viejos límites del universo. La era moderna estaba en pleno desarrollo; y con ella el cristianismo empezó la de su declinación". "Es evidente que desde mediados del siglo XVII las ciencias físicas por su propio método y carácter minaron la teología.

Pase v. gr. que en El desdén con el desden no salgan los actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando había soberanos independientes en Provenza y en Cataluña, sino que salgan vestidos anacrónicamente con trajes del siglo XVI ó del siglo XVII.

Y es más: pienso en que los señores franceses venían en los siglos XVI y XVII á buscar comedias, á buscar Autos, á buscar novelas, á empaparse en nuestro ambiente, para fusilar nuestra producción, hacerse el paladar y revendernos la «lengua de Molière» en nuestra propia salsa... Era una especie de combinación como la que ahora hacen con nuestros vinos.

Dice Stirling que, a causa de esto, el Jacob pintado por Velázquez es menos conmovedor que el descrito por Moisés. En lo demás, la terrible escena esta tratada con la gravedad que correspondía a un pintor católico del siglo XVII.

Siglo XVII Gaspar de Herrera, T. de sedas. 1601 Pedro de Burgos, T. de terciopelo. 1603 Juan de Torres, T. de pasamanos. 1604 Esteban Bernal, T. de terciopelo. idem Miguel Martín, T. de brocados. 1605 Juan Bautista Sea, T. de damascos. 1611 Pedro Gutierrez. T. de brocados. 1613 Benito Guerrero, T. de terciopelo. 1621 Bartolomè Rodríguez, T. de tocas. 1626 Antonio de Herrera.

La Alameda fué durante el siglo XVII, el lugar más concurrido de Sevilla por los paseantes y sitio predilecto de damas y galanes que allí acudían á entregarse á sus amorosas expansiones, y con razón ha dicho un escritor ilustre que era aquel «el terreno de la belleza y el lujo, y el teatro del trato ameno y conciertos amorosos».

Por donde yo me inclino á sospechar que en toda la América, dominada por España durante los sigos XVI y XVII, no hizo la Inquisición tantas víctimas, contando judíos, mahometanos, y herejes relapsos y hechiceros de todo linaje, como las víctimas que por sólo el delito de brujería fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando aún eran colonias. Otra de las razones que tiene el Sr.

Vivió hasta fines del siglo XVII. A pesar de las graves ocupaciones anejas á los cargos importantes que desempeñó, tuvo tiempo, sin embargo, para consagrarse al culto de las musas. Sus dramas no son numerosos. El más célebre es El castigo de la miseria.

No son pocos los autores que trataron en diferentes ocasiones de la decidida afición de los sevillanos al baño, y entre ellos recordaré que Agustín de Rojas escribía estas líneas el siglo XVII: « ¿Y aquella limpieza de los baños? Esa es una de las cosas más peregrinas que tiene. Mujer conozco yo en Sevilla que todos los sábados por la mañana ha de ir al baño, aunque se hunda de agua el cielo.

Hasta el siglo XVII no se generalizó en Sevilla el uso del hielo, pues en el XVI todavía no estaba muy extendida esta afición por la nieve y las bebidas frías, como pasaba en otros puntos, y así se deduce de las palabras que el médico sevillano Nicolás Monardes consignaba en su libro sobre el uso de la nieve, publicado en 1571.