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De mucha gente hizo acompañarse, Que á fuerza de su grado le seguia, Apenas, como dicen, ha llegado, Y vése de prisiones rodeado. La causa no pensada cierto ha sido, Que no pudo hallarse fundamento, Sino solo sentir como ha venido De arriba del supremo firmamento.

Los vecinos de la villa discurrieron entonces que el tal castillo podía con el tiempo dar ocasión á nuevas luchas y trastornos, si lo dejaban en pie; y no bien terminó aquella guerra civil, lo demolieron pacíficamente con sus propias manos. Vese, pues, que no siempre ha corrido como verdad axiomática lo de si vis pacem, para bellum. Y es cuanto puedo decir de Cantalapiedra.

Más lejos, en la misma orilla, vese una gran manada de bueyes, paciendo libremente como los caballos. De vez en cuando distingo por encima de unas matas de tamariscos la arista de sus dorsos encorvados, y sus cuernecitos que se yerguen en forma de media luna.

Penetramos en él y nos creemos de repente trasportados á la region de los sueños. Centenares de columnas de marmol sostienen los arcos de sus bóvedas. Aquellas son todas de diferente color, estos de distinta curva. Vése al través del ultra-semicircular el de herradura, sobre el de herradura el de segmento, entre unos y otros la cimbra romana, la ojiva, el arco rebajado.

Disen que uté alguna vese la sobaba, don Agapito, la sobaba duro. ¿Y cómo no, don Pancho, si a lo mejó se me iba al baile de la gente de coló con el negro de mi compare don Justo? ¡Vaya, hombre, no diga eso, que me enoha! El que se iba al baile era uté. ¡Poquita vese que le he visto trabao con eya bailando el chiquita abajo, chiquita abajo

La familia vese muy honrada allí: la madre amamanta con ternura, y á pesar de la cortedad de sus brazos, sin embargo, durante la borrasca, logra con ellos amparar á su hijueloLas ballenas no tienen inconveniente en viajar juntas. Antes se las veía navegando dos á dos, á veces en grandes familias de diez ó doce, por los mares solitarios.

No estando nuestro pez cautivo en su armadura como el cangrejo, vese libre al mismo tiempo de la condición cruel á que estaba sujeta dicha armadura, la muda, del peligro, la debilidad, el esfuerzo, el desperdicio enorme de fuerza que hay en aquellos momentos.

Vese distintamente establecida por el puerto y la espléndida calle Canebière la division de la ciudad en dos partes de tipo diferente: la antigua y la moderna.

Vése allí una dama, que corre el mundo buscando á su amante, que la ha abandonado; encuentra un pastor, que se enamora de ella é intenta consolarla; pero no lo atiende en sus pretensiones, y sólo suspira por su caballero ausente.

Vese alguna vida marina, pero mucho más pobre que en otro tiempo: el abrigo es inútil, y también perjudicial. El mundo de las aguas no recibe en esa concha harto tranquila, rica alimentación; por lo tanto, la abandona. Dicho mar se enajena de día en día el gran oleaje del Océano, haciéndose sordo á sus gritos, que sólo se oyen muy debilitados. Semi-silencio que tiene gran encanto.