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Actualizado: 25 de octubre de 2025
D. Álvaro de Sande no sale tan bien librado como en las relaciones impresas, en ésta, que deja suspenso y conmovido el ánimo del lector. Sacada del italiano en español. Forma un códice en 4.º de 61 fojas, escritas por tres manos distintas, por cuadernillos, por la urgencia con que se tendría que sacar la copia. La hoja primera de guarda dice: La jornada de Berbería de 1560 y 1561.
Esperábase, pues, con grande ansiedad la llegada del correo, y con más impaciencia todavía la vuelta del tío Frasquito, que había ido al pasaje Jouffroy en busca de noticias, y la del general Pastor y Cánovas del Castillo, que habían sido llamados con grande urgencia al palacio Basilewsky por la reina destronada.
En cambio, parece que, por compensación o por la urgencia de recuperar el tiempo perdido, los pueblos que se despiertan más tarde del supernaturalismo al racionalismo, se despiertan más completamente.
Sentábase a la mesa en los momentos en que, llamando a coro a los canónigos, daban las campanas la gorda para las tres, el alcalde del crimen don Rodrigo de Odría, y acababa de echar la bendición al pan, cuando se presentó un alguacil y le entregó un pliego, diciéndole: De parte de su excelencia el virrey, y con urgencia.
Lo primero que pensó fué en la urgencia de buscar á Celinda para libertarla, sin considerar la enorme desproporción de fuerzas entre él y aquellos bandidos. Disponía de un auxiliar, el pequeño Cachafaz, conocedor del sitio donde guardaban oculta á la joven. Esto era lo importante. Recobrarla á mano armada corría de su cuenta.
Necesitaba encargarle con urgencia una medicina que ya le había preparado otras veces. El chico insinuó que estaba en el casino, que subiría para que la muchacha fuese a avisarle. Elena se opuso. Como la distancia era corta, le suplicó que él mismo fuese y mientras tanto ella quedaría al cuidado de la botica.
Si mal no nos parecía, quedaríanse allí ya, pues sobre estar seguros «de jallar al Señor» en el camino, si volvían a tomar el de la iglesia, no estaba el pedregal, con la capa de nieve que tenía encima, para muchas subidas y bajadas por él sin una urgencia.
No se debe atener el médico al efecto, sino remontarse á su orígen, á la discrasia; pues si algunas veces, volvemos á decirlo, se necesita la sangría por la urgencia de los síntomas, preciso es no perder de vista que solo es un medio de llegar á los que combaten la disposicion discrásica y dinámica del organismo.
Y ambos movieron la cabeza con urgencia; hicieron con ella un balance para cazar la visual del adversario, pero ¡oh, contratiempo! Una mirada vaga e indecisa, de la cual tenía yo una vaga idea, recorría la fila de los palcos sin detenerse en los brillantes de mi tía, y el saludo fue un saludo en el vacío. Mi tío tosió para disimular el contratiempo.
El ser ciego y no andar con palo; me dí con una esquina en las narices. Dicen que sois hombre de ingenio. Eso he oído decir; pero acontéceme, señor, que ahora que estoy hablando con vuestra majestad, no me le hallo; si alguna vez tuve ingenio me lo han robado. Dijéronme que os era urgentísimo hablarme. Y tan urgente, señor, que solamente con veros se me ha pasado la urgencia.
Palabra del Dia
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