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Actualizado: 23 de junio de 2025
Le he explicado a la directora que un joven interesado y codicioso la persigue por su fortuna, y que ese cobarde seductor tratará de verla o le aconsejará por medio de cartas o de intermediarios que se escape de la casa. Se me ha tranquilizado a ese respecto. Puesto que no repararemos en los gastos, se le dará una guardiana severa que estará junto con ella siempre, y dormirá en el mismo cuarto.
Bien; quedamos conformes... Saldré mañana bien temprano... Hay cinco leguas; hacia las seis estaré de vuelta... Y usted verá, Catalina, cómo sus tristes pensamientos no tienen fundamento. Así sea respondió la labradora levantándose , así sea... Usted me ha tranquilizado algo, Hullin... Ahora, me vuelvo a la granja y espero dormir mejor que la noche pasada... Buenas noches, Juan Claudio.
Toda imaginación juvenil ve en esto el símbolo de la guerra, un combate, y empieza por acobardarse. Luego, notando que aquel furor tiene límites ó se detiene, el niño, tranquilizado ya, detesta más bien que teme la cosa salvaje al parecer enemistada con él. A su vez arroja guijarros al gran enemigo mugiente. En julio de 1831 me entretuve en observar ese duelo en el puerto del Havre.
Francisco De Pas, un licenciado de artillería, que entraba mucho en casa del cura, de quien era algo pariente, la había requerido de amores y ella le había contestado a bofetadas el cura se puso colorado; se acordó de la patada que había recibido él pero el licenciado había sido terco, y había vuelto a requebrarla, y a prometerla casarse en cuanto sacaran el estanquillo que le tenían prometido los del Gobierno; ella se había tranquilizado y desde entonces admitía al habla aquel buque sospechoso.
Esta visión hacía gemir de nuevo á la señora de Hartrott: «¡Ay, mis hijos!» Su cuñado, por humanidad, la había tranquilizado sobre la suerte de uno de ellos, el capitán Otto. Estaba en perfecta salud al iniciarse la batalla. Lo sabía por un amigo que había conversado con él... Y no quiso decir más. Doña Luisa pasaba una parte del día en las iglesias, adormeciendo sus inquietudes con el rezo.
Palabra del Dia
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