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Actualizado: 18 de junio de 2025


Contra el hombre quedó Satan tan diestro Que si vencerle quiere con pujanza, Como viejo, sagaz y gran maestro, En una muger pone confianza; Y el caso que no puede muy siniestro, Por medio de muger puede y alcanza: De modo que de diez partes de males, Los nueve con muger causa cabales.

Con la misma dura indiferencia fué conducida de nuevo á su prisión y desapareció á la vista del público tras la puerta de hierro. Los que pudieron seguirla con la vista dijeron, en voz muy baja, que la letra escarlata iba esparciendo un siniestro resplandor á lo lago del obscuro pasadizo que conducía al interior de la cárcel.

Mientras que los criados acudían al oír aquel grito siniestro, la señora de Latour-Mesnil, desatinada, se arrojaba sobre su hija, y al mismo tiempo que le prodigaba sus cuidados, levantaba febrilmente el telegrama. Esto fue, lo que leyó: «Soignies, tres y media. »El señor Jacobo, herido mortalmente, acaba de sucumbir. Luis

El resplandor que la víspera de San Juan empezó a parecerle siniestro, y que la noche en que Gertrudis estalló en sollozos en medio de su canto, cruzó su frente como un relámpago para extinguirse un instante después, ese resplandor sube ahora ante sus ojos como el disco chispeante del sol.

Armados de un sable corvo que llevaban sostenido entre los dientes, iban trepando por las laderas del cráneo, agarrándose á los haces de cabellos como si fuesen los matorrales de una montaña. Luego, apoyándose solamente en una mano y blandiendo la cimitarra con la otra, daban golpes á diestro y siniestro en la espesa vegetación.

Al primer aspecto, hay en este intacto monumento de tiempos casi fabulosos y de religiones primitivas, una potencia de verdad, una especie de presencia real, que sobrecoge el alma y la estremece. Algunos rayos de sol, penetrando en el follaje, filtraban por las junturas algo separadas, jugueteaban sobre el siniestro trozo y prestaban la gracia de un idilio á aquel bárbaro altar.

La suerte les deparó un guarda-agujas, que vivía en una caseta próxima al lugar del siniestro, hombre reposado y pío que, demostrando tener en poco a las víctimas del atentado, las acogió como buen cristiano en su vivienda humilde, compadecido de su desgracia.

Por la noche, cuando pasa al lado del sitio en que los tragó la enorme masa, parécele que la montaña, de la cual se desprendió el alud, le mira de mala manera, y entonces apresura el paso para huir del lugar siniestro. También algunas veces los restos del derrumbamiento le recuerdan la inesperada salvación de un compañero.

Encaminóse, pues, á Sevilla; pero el mundo le parecía tan sombrío y siniestro como estaba su alma, figurándosele la bella y populosa ciudad un infierno en brasas. Su inquietud lo llevó después á Cádiz, y de Cádiz á Madrid.

La infantería repartida en cinco escuadrones á cargo de Teodoro tio de Miguel, General de toda la milicia, que habia venido del Oriente en el cuerno siniestro puso las tropas de caballería de los Alanos y Turcoples á cargo de Basila, en el cuerno derecho se puso la caballería mas escogida de Thracia y Macedonia, con los Valasco y los aventureros á órden del gran Etriarca; en la retaguarda quedó Miguel con los de su guarda, y parte de la nobleza que asistia á su defensa.

Palabra del Dia

lanterna

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