Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


Quitándose precipitadamente el gabán, el profesor dijo con cólera: Es un fastidio: la casa está llena de gente, y no hay nadie que me cosa el botón del abrigo. Y se dirigió a su gabinete. ¡Pero ven a comer! le dijo su mujer. ¡Déjame tranquilo! No me sigas. Una vez solo, se puso a registrar con mano febril su biblioteca. Había en ella numerosos libros y papeles; pero el diario no parecía.

Como es para ti, es justo que sigas tu capricho, añadió Edward; pero si piensas en tu descendencia, tienes más interés en casarte con un hombre robusto que con un alfeñique. En fin, allá . Además, dijo la joven, nada prueba que el señor de Tragomer me hubiera querido; y, según él mismo me ha dicho, su corazón no está libre. ¡All right! Entonces, no hay más que hablar.

EVARISTA. ¿Y ya mayorcita, cuando vivías en Hendaya... también...? ELECTRA. Los primeros años nada más. Jugaba yo entonces con muñecas vivas: los pequeñuelos de mi prima Rosaura, niño y niña, que no se separaban de : me adoraban, y yo a ellos. De noche, en la soledad de mi alcoba, los niños dormiditos, aquí ellos... yo aquí. EVARISTA. ¡Oh! no sigas, por Dios.

Don Juan insistió: Pues dime que nos veremos. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¡Cristeta, no sabes cómo estoy! Una vez..., te lo prometo...; quédate aquí, no me acompañes más..., y luego ten prudencia y no me sigas. Te obedeceré..., lo que quieras...; pero júrame que nos veremos pronto, que no me has olvidado por completo.

Como sigas así gritaba el buen comerciante, escandalizado , te pongo en la puerta y... ¡buen viaje! Me has engañado. sirves para cómico, y a no me gustan farsas. Merchorico, por última vez lo digo. El año que viene entras en quinta; o sientas esa cabeza o te abandono, y el demonio que se encargue de tu suerte.

Extendíase allí un lagunato, cuyas orillas estaban cubiertas de mulghe, césped fortísimo que suele alcanzar hasta quince pies de altura, y de marras, o madres de las lianas, como también se las llama por su desmesurado tamaño. No sigas, Cornelio dijo el Capitán . Entre estas plantas pueden esconderse salvajes. Pero harían algún ruido, y yo no oigo nada, tío.

Asimismo haces algunas reticencias que me desagradan, porque no están bien en boca ni en pluma de una niña tan candorosa como eres y deseo que sigas siendo. Te has equivocado en todas tus hipótesis. Estoy enamorado no de qué; acaso del alma, aunque no lo aseguro. No ha cumplido aún los diez y seis años. ¡Si vieras qué buena y humilde es!

» ¿Esa es tu última palabra? pregunté, por conclusión, a Pepe Guzmán . ¿Te ratificas en ella? ¿Estás bien seguro de que el consejo que me has dado es el que yo debo seguir? » Es mi última palabra me respondió con la mayor entereza ; en ella me ratifico, y estoy seguro de que el consejo que te he dado es el que nos conviene que sigas.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando