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Y sus nervios, que habían empezado a calmarse, luchaban con la sedación. De repente se movía, como si saltara algo en él y pronunciaba algunas sílabas. Pero la sedación vencía, y al fin se quedó profundamente dormido. A media noche pudo Jacinta con no poco trabajo llevarle hasta la cama y acostarle.

Ya sabía que el llanto era la terminación de la crisis de cólera, la sedación del acceso, mejor dicho, y cuando tal sucedía, lo mejor era soltar la risa, llevando la disputa al terreno de las burlas sabrosas. «Pues , señora Doña Francisca le dijo abrazándola . ¿Creía usted que habiéndome salido ese novio tan hechicero y tan saleroso, le había de dejar yo en necesidad, sin darle para el pelo?

No qué hay en ello, pero es lo cierto que hasta la cesantía parece que es un goce amargo para ciertas naturalezas, porque las emociones del pretender las vigorizan y entonan, y por eso hay muchos que el día que les colocan se mueren. La irritabilidad les ha dado vida y la sedación brusca les mata.

El bromo, tomado á dósis fuertes, desarrolla ciertos fenómenos análogos á los del yodo sobre el cerebro, y que se conocen con el nombre de iodismo. El bromo produce una sedacion que se puede denominar anestesia, pero sin influencia en la terapéutica, á no ser que la esperiencia confirme esta accion y la establezca sobre datos prácticos.

Pero sea de esto lo que quiera, la accion de la digital sobre el corazon es directa; es altamente asténica y armoniza perfectamente con la sedacion simultánea que altera los riñones, cuya secrecion se aumenta, y los órganos abdominales, afectados de una atonía real, precisamente cuando los vómitos primeros parecian indicar cierta irritabilidad gástrica.

El pueblo posee las verdades grandes y en bloque, y a él acude la civilización conforme se le van gastando las menudas, de que vive. De repente Fortunata vaciló en su ánimo. Parecía una fuerza nerviosa que caía en brusca sedación. La otra, en cambio, se creció de repente por una sacudida de su conciencia. «Ya no más, no más mentira. No puedo, no puedo...».

La pérdida absoluta de la esperanza le trajo la sedación nerviosa, y la sedación, estímulos apremiantes de reparar el fatigado organismo.

Su accion sobre la fibra, que no nos atrevemos á comparar mas que con la del opio y la de la nuez vómica, produce una sedacion, una relajacion que le pone en aptitud de combatir, ó por lo menos aliviar, paliando ciertas irritaciones intestinales ó de otro punto, que desarrollan el estreñimiento nervioso, vomituriciones, disuria, dismenorrea.

No pudiendo librar sus brazos de los vigorosos que la contenían, sus dedos se agarraron con rabia epiléptica a lo que encontraban, y querían deshacer y rasgar la sábana y la colcha. El fatigoso mugido iba calmándose poco a poco, las contorsiones eran menos violentas, y por fin, cayó en un colapso profundísimo. La sedación era instantánea, y a la misma muerte se parecía.

La ira y displicencia trocáronse al punto en blandura y mimo. No tardó en presentarse el síntoma más claro de la sedación, que era un vivo arrepentimiento de todo lo que había dicho y la vergüenza de recordarlo, pues no significaban otra cosa los gruñidos, y el quejarse de imaginarios dolores.