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El espíritu de don Quintín se llenó de sombras: parecía que en su pensamiento se habían juntado el furor de los héroes clásicos, la melancolía de los galanes románticos y el escepticismo de los protagonistas de drama moderno, todo lo cual, el pobre hombre, instintivamente, resumía en aquella horrible frase de su querida: «Sin bolsa llena, ni rubia ni morenaDicho lo cual se fue.

Además, Oliverio procedía de París, y en ese hecho se apoyaba la gran superioridad con que a los otros vencía, y que, si no para mi tía, para nosotros las resumía todas.

El despacho tenía el mismo aspecto de sobriedad y robustez de su dueño. Todas las maderas eran de un rojo obscuro, con ese brillo sólido y discreto que sólo se encuentra en las cámaras de los grandes buques. Aresti resumía la impresión en pocas palabras; «Allí todo olía á inglés.... Hasta el traje del amo».

El castillo cuyas torrecillas descollaban muy poco sobre las viejas encinas que le rodeaban, y que sólo era visible por cortes hechos a través del bosque, con su vieja fachada gris, sus altas chimeneas coronadas de humo, sus invernaderos cerrados, sus avenidas alfombradas de hojas muertas, resumía, en algunos detalles de su aspecto, el carácter triste de la estación y la melancolía de los lugares.

Había estado en Francia en tiempo del Directorio, combatido contra Napoleón en la guerra de la independencia española, y acompañado á Diego y Quiroga en su heroica revolución. Miserable y decrépito y con ocho hijos pequeños, aquel hombre nos resumía por sus cualidades el tipo del viejo español puro.

Y recordando aquel gerundio que tanto efecto había hecho en otra ocasión, resumía diciendo: De todas maneras, eso de vivir bajo el mismo techo que cobija a la viuda infiel de su mejor amigo es... ¡es nauseabundo! Y nadie se atrevía a negarlo. Todos aquellos escrúpulos que tenía la tertulia de los Vegallana, habían atormentado también a la Regenta.

Pero unos y otros buscamos que los hombres se pongan de acuerdo para una vida mejor; que el fuerte se sacrifique por el débil, el poderoso por el humilde y el mundo se rija por la fraternidad, buscando la mayor igualdad posible. El eslavo resumía la historia de las aspiraciones humanas.

Un antiguo parroquiano del boliche resumía con gravedad filosófica la ineficacia de estos esfuerzos valiéndose de un refrán del país: «Al que nace barrigón, es en balde que lo fajenEl dueño del almacén, al verle entrar, le presentó un vaso de ginebra, y los gauchos de peor catadura se llevaron una mano al sombrero para saludarle, como si fuese su jefe.

Y resumía su entusiasmo con esta afirmación: Me bato por Francia porque es un país chic. Sólo en París se visten bien las mujeres. Esos alemanes, por mucho que hagan, serán siempre unos ordinarios. No necesitaba añadir más: todo quedaba dicho. Los tres recordaron los meses de infierno sufridos recientemente en los Dardanelos, en un espacio de seis kilómetros conquistado á la bayoneta.

Además llevaba gastados muchos miles de francos en planos del futuro palacio. Pintores, arquitectos y jardineros-paisajistas trabajaban incesantemente para ella, exprimiendo su imaginación y haciendo estudios en el pasado. Quería plantar ante el Mediterráneo un enorme castillo escocés, lo más escocés que pudiera idearse: «una novela de Wálter Scott hecha de piedra», resumía la princesa.