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Actualizado: 13 de julio de 2025
El orgullo que usted ha manifestado en esa pregunta no tiene disculpa dijo Paz con desdén. Cuando dicen las personas mayores que usted ha faltado... añadió la otra, ellas sabrán por qué lo dicen, y usted no tiene que hacer más que conformarse y callar. Pero ¡ay! yo no sé en qué he podido faltar. Cuando á usted se lo dicen, sus razones habrá para ello. Pero si tengo la conciencia tranquila.
Es cierto que la sola experiencia no nos hace conocer la necesidad, porque limitándose á hechos particulares, todos contingentes, no se extiende á la razon universal de los objetos; pero no se verifica lo mismo de la experiencia considerada objetivamente, esto es, en cuanto al conocimiento de las razones generales de las cosas: porque si bien este conocimiento considerado subjetivamente, como un acto individual, es un hecho contingente, sin embargo, en cuanto existe, nos representa verdadera necesidad en ciertos objetos, á no ser que queramos renunciar á la certeza de todas las ciencias, inclusas las matemáticas.
Piola continuo: Tal vez tengas vos tus razones para eso. Nosotros te ayudamos como hermanos, pero si te han dado plata por llevarte á esa señorita, debías partírtela con nosotros. El gaucho tomó una actitud altiva. Nada de plata. Te expliqué que esto es venganza; la peor para ese viejito que me insultó... Ya sabés también nuestro trato.
En el tiempo de Inglaterra, de la liberalidad del Conde de Essex había vivido .» Bermúdez de Castro lo creyó al pie de la letra, pues añade que, en vista de sus razones, mandó Isabel al Conde de Essex que le alojase en su ostentoso palacio, donde gozó de los placeres del favor y la opulencia.
I, aunque pudieran traerse razones i argumentos tan verosímiles, que fueran parte para mostrar claramente que ganó á fuerza de armas i brazos estas tierras, hai mayores para creer que con su ejército no vinieron judíos.
Por la parte de Rocafort esforzaban sus amigos su pretension con razones de gran consideracion.
Porque témome mucho, lector amigo, que, de ser esto así y si no te mueven mis razones, te espera más de un sobresalto entre las páginas de este libro.
-Sí llama -dijo don Jerónimo-, pero no me acuerdo en qué manera, aunque sé que son malsonantes las razones, y además, mentirosas, según yo echo de ver en la fisonomía del buen Sancho que está presente.
Yo salí en fiado, por virtud del escribano. Y el relator no se descuidó, porque mudó tono, habló quedo y ronco, brincó razones y mascó cláusulas enteras. Libro Tercero: Capítulo V: De cómo tomó posada, y la desgracia que le sucedió en ella. Salí de la cárcel. Halléme solo y sin los amigos; aunque me avisaron que iban camino de Sevilla a costa de la caridad, no los quise seguir.
Recuerdo esa noche perfectamente le dije, compadeciéndola. ¿Fue aquélla entonces la noche de su casamiento? Pero ¿cómo la obligó a que se casara con él? Las razones que lo impulsaron, son demasiado claras, por cierto.
Palabra del Dia
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